𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Beverly Mason, más conocida como la personificación de Adrik Cash.
Prácticamente criada en la cantera del Fútbol Club Barcelona. La chica se mudó a la capital catalana a los once años, y casualmente un chico de su edad también...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Beverly
Ya habían pasado unas cuantas semanas desde que pasó lo que pasó.
Jana y yo nos habíamos convertido en grandes amigas, y aunque me niegue a decir esto, creo que estoy empezando a sentir cosas por ella.
A veces no sabía cómo actuar en su presencia, y esto solo me había pasado con Pablo. Sí, el sevillano me seguía gustando, pero había pasado a un segundo plano desde que comencé a darme cuenta de que la morena me atraía. Pero el sentimiento no era tan fuerte con ella, por lo tanto no estaba segura de si me gustaba o solo era atracción física.
No es por ser una ególatra, pero sinceramente creo que yo también le atraigo, y desde antes de que fuéramos amigas. Siempre la pillaba mirándome con una sonrisa de embobada.
Estaba bajando al comedor para desayunar, y cada vez que pasaba por enfrente de la habitación de Pablo, solo se me venía el recuerdo de la pelirroja y él juntos.
Hacía un par de días que la chica no venía, no sé qué les habría pasado, pero me suda la polla.
Antes de que venga el típico niño rata a decirme que no tengo polla, ya lo sé, he prestado algo de atención en las clases de biología.
- ¿Podemos hablar?
Miré a Pablo. Tenía los ojos rojos y unas ojeras como una catedral de grandes.
- ¿Qué te ha pasado? - pregunté con el ceño fruncido.
- Nada, es que no he podido dormir. - sabía que estaba mintiendo, se le daba como el culo. - Mira, no quiero hablar de nada de lo que pasó, solo quiero hablar contigo, ¿vale?
- Bueno, vale. Cuéntame. - dije. Hablaba muy acelerado, y él no solía ser así a menos que algo le preocupara.
- Ven. - abrió la puerta de su habitación y yo entré para que él después cerrara la puerta.
- Imagino que me quieres hablar de porqué estás así. Antes de que digas nada, ya me he dado cuenta de que estabas mintiendo. - él sonrió, pero se le borró enseguida.
- Beverly, tengo miedo. - yo fruncí el ceño con una expresión de confusión.
- ¿Cóm-
- Es que no sé qué voy a hacer, joder. - intenté volver a hablar pero no me dejó. - Me cago en la puta.
- Tranquilízate lo primero. - dije agarrándole de los hombros para que me mirara. - Cuando estés más calmado me cuentas de manera ordenada lo que ha pasado, porque así no entiendo nada, ¿estamos?
