𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 27

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Pablo Gavi

- ¿Por qué tienes esa cara de felicidad? - pregunté gracioso.

- Nada que te importe, Gavira. - contestó Bev.

- Pero cuéntamelo, anda. - insistí. Ella me miró con una de esas miradas que te dejan vegetal. - Vale, vale. Me callo.

- Porfavor y gracias. - dijo con una sonrisa. - Como vuelva a venir el insípido ese a robarme las patatas, te juro que le suelto un guantazo.

- Le soltamos. - la corregí. Solía robarle patatas a Beverly, así que a mí también me afectaba.

- ¿Le llegó bien el dinero a tu amigo? - preguntó ella.

- Sí, sí. Me dijo que te diera las gracias, y que me dieras un puñetazo por haber confiado en la imbécil. - ella sonrió cínicamente.

- Me cae bien tu amigo. - rio levemente. - ¿Puedo probar a ver si consigo hacerte trenzas?

- No. Mi pelo es sagrado. - ella me miró con las cejas alzadas.

- Ya, pues estabas medio calvo en una foto que tienes con Messi. Parecías Caillou. - empezó a descojonarse.

- ¡Pues que sepas que el Caillou ha dado un glow up!

- Tú naciste con el glow up, Martín. - dijo con una sonrisa divertida.

- Tú también, rubia.

- ¿Yo? Qué va, si me daba un aire a Alvin y las ardillas. - me empecé a reír, pero entonces recordé el motivo de que dijera eso.

- Oye, no. Que no te vuelva a escuchar decir eso, ¿vale, Bev? - dije muy serio.

- Da igual, ya pasó. Y esta ardilla está que reparte galletas por todos lados. - sonrió, pero sabía que en el fondo la seguía doliendo un poco.

En La Masía también nos daban clases, para no perder nuestra educación, y cuando Beverly llegó, todos los niños la llamaban ardilla. Yo la defendía siempre, pero la mayoría del tiempo nos la pasábamos en los pasillos solitarios para que la chica pudiera comer tranquila.

- Creo que nunca te di las gracias por defenderme. - me dijo.

- Ni falta que hace. - dije sonriente. - Lo gracioso es que ahora los mismos que te decían eso, están locos por ti.

- Ya ves. ¿Te acuerdas de cuando Rubén me dijo que le gustaba cuando teníamos 13 años? - empezamos a reírnos sin poder parar.

- Era un cabrón, pero bien que compraba los anillos estos de chuche para declararse a ti todos los días.

- Y tú te ponías celoso y venías para decirle que éramos novios aunque fuera mentira. - dijo con una sonrisa burlona. Yo noté como mi cara se enrojecía.

- En mi defensa diré que me gustabas. - ella abrió los ojos como platos y empezó a reírse a carcajadas. - Te lo estoy diciendo en serio.

- Espera, ¿de verdad? - dijo incrédula.

- Te lo juro.

- ¿Es coña? - yo negué. - Joder. Nunca me había identificado tanto con la canción de I wish I knew you wanted me.

- No me jodas que te gustaba yo también. - ella se sonrojó. - Joder, esto me pasa por tímido. Tendría que haberme marcado un Rubén.

Ella empezó a reírse de nuevo.

Me encantaba verla reír, y de solo pensar que alguna vez la había hecho llorar, me daban ganas de pegarme un puñetazo a mí mismo.

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𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora