𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠

✧ ─ 𝐇𝐎𝐆𝐖𝐀𝐑𝐓𝐒

— ¡Los de primer año! ¡por aquí! ¡siganme!— exclamó aquel simpático semigigante.

— Hagrid— saludó la albina con una ligera y muy pequeña sonrisa.

— Señorita Grindelwald— respondió guiñandole un ojo divertido.

Hagrid guiaba a los de primer año hacia los botes que le daban la bienvenida a los de primer año.

— No hay problema si me subo junto a ustedes?— preguntó Charlize.

— No hay problema— respondió con una gran sonrisa la rubia.

El viaje había sido relajado, todo muy tranquilo. A excepción de aquel chico que cayó al agua y terminó siendo devuelto por el gran calamar que habitaba tales aguas.

A lo lejos se podía ver el gran castillo, alumbrado con lámparas. El mismo tenía un aspecto muy antiguo, pero al mismo tiempo lo hacía ver elegante, o eso pensaba Charlize. Lo rugoso que se veía el castillo le hacía recordar en el que vivía junto a sus padres.

— ¡Waoo!— Exclamó Daphne.

— Es hermoso— comentó Pansy.

— Sí, ojalá que por dentro también lo sea— mencionó Charlize provocando las risas de las otras dos niñas.

Juntos entraron al gran castillo, por unas escaleras subían y justo antes de terminarlas de subir se encontraba una bruja que lucía un hermoso traje verde, un sombrero puntiagudo y unos lentes de media luna.

— Bienvenidos a Hogwarts. En breve, atravesarán por las puertas y se reunirán con sus compañeros, pero antes, serán seleccionados a la casa que pertenezcan—. pauso brevemente—. Éstas son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclawn y Slytherin. Mientras estén aquí sus casas, serán su familia; sus triunfos serán puntos para sus casas. Si rompen las reglas, se les restará puntos. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos se llevará la copa de las casas.

— ¡Trevor!— gritó el niño rubio tomando a la rana que se encontraba justo delante de los pies de aquella bruja—. Perdón— se disculpo el chico con vergüenza.

— La ceremonia de selección comenzará en unos momentos— dijo la profesora retirándose.

— Entonces son cierto los rumores, Harry Potter ha venido a Hogwarts— expresó un rubio. Charlize pudo escuchar la voz del niño muy débil, ya que ella se encontraba al final de todos los estudiantes. — Sólo falta confirmar si también es cierto que Charlize Grindelwald a de estar aquí.

Dicho esto, los murmullos no faltaron. — Grindelwald está al final— expresó el mismo chico que había recogido la rana con temor. Mientras que otros murmuraban emocionados y sorprendidos, este la miraba con temor.

— Acércate, lo conozco es un buen amigo, ve.— Susurró Pancy quien estaba justo al lado de la albina.

Charlize con pasos firmes subió hasta donde se encontraban los intérpretes, sin expresión alguna y con su mentón en alto.

— Les presento a Crabbe y Goyle. Yo soy Malfoy—. hizo una pequeña pausa hacercandose más a Charlize y Harry—. Draco Malfoy— Dijo con una pequeña sonrisa, extendiendo una mano como saludo. Charlize la acepto, dio un pequeño apretón y Soltó, no le gustaba mucho sentir el calor de la mano de las otras personas. Aquella sonrisa que Malfoy tenía se borró al escuchar a cierto pelirrojo reír. — Te parece gracioso mi nombre? Yo no tengo que preguntar el tuyo. Ese pelo rojo, esa túnica usada, debes ser un Weasley— Miró con disgusto al pelirrojo—. Verán, hay familias mejores que otras. No se hagan amigo de baja categoría, en eso les puedo ayudar.

— Gracias, pero ya me di de cuenta de que amigos no debo frecuentar— habló por primera vez Potter. Dicho comentario hizo enojar a Malfoy.

— Estamos listos para la selección de casas, siganme— Dijo la profesora Interrumpiendo aquella "discusión".

— Quietos aquí. Cuando digo su nombre, pasará adelante, le colocaré el sombrero quien será el encargado de seleccionar su casa. Bien.— explicó para luego abrir el pergamino y mencionar al primer estudiante. — Hermione Granger.

— No, bueno, relájate. tu puedes— Escuchó Charlize como Hermione se daba apoyo a sí misma.

— ¡Vaya! si que esta loca— Murmuró el pelirrojo

pocos segundos fueron para que aquel sombrero gritara la casa a la que pertenecía la castaña — ¡GRYFFINDOR! — dicho el nombre de la casa, los estudiantes de la misma gritaban con orgullo.

— Draco Malfoy—. Mencionó la profesora. El mismo pasó al frente. El sombre nisiquiera tocó su cabeza cuando gritó fuertemente — ¡SLYTHERIN!— El rubio con una sonrisa egocéntrica caminó hacia la casa de color verde.

— Ron Weasley—. Luego de unos cuantos estudiantes, paso al frente el pelirrojo — ¡GRYFFINDOR!

— Realmente era un Weasley— Murmuró Pansy con una risita.

— Esto es un poco aburrido— Comentó Charlize para si misma, con poco interés al ver que casi todos los estudiantes habían pasado. Incluso Potter había pasado.

— Charlize Grindelwald—. La mencionada pasó adelante y tomó haciendo. Pronto escuchó la voz del sombrero.

— ¡Vaya! ¡vaya! una Grindelwald, que curiosa es tu historia, la última de los Gaunt. Hace mucho no veía a un mago de tal pureza. Que curioso. Difícil, muy difícil— decía el sombrero—. Veo que buscas grandeza, mucho valor y valentía, si, si, si. Veo liderazgo y una gran lealtad hacia los tuyos. Propones mucho, muchos conocimientos, hay talento. Eres muy trabajadora, luchas por ser un gran orgullo. Muy astuta, pero debes de tener cuidado. Muy difícil.

El gran salón estaba en completo silencio. Los presentes, especialmente Albus Dumbledore estaba sorprendido al ver que justo se estaban cumpliendo siete minutos de que la chica estaba sentada esperando a que el Sombrero decidiera en que casa colocarla.

— Creo que ya se donde perteneces, ¿qué tal Gryffindor?

— ¿Gryffindor?— confundida preguntó ¿no se suponía era heredera de las serpientes?

— ¡NO! mejor slytherin— comentó, pero pronto habló nuevamente:— aún que tienes potencial para estar en Ravenclawn. Difícil, muy difícil. ¿Qué tal Gryffindor? veo un gran futuro ahí, pero Slytherin me dice que ahí debes de estar. ¿Qué dices?

— Tu eres el sabio, decide tu por mi. Tu eres el que sabe de esto— dijo con seguridad

— Bien, bien, considere mucho Gryffindor, pero tus raíces me han convencido. ¡SLYTHERIN!— Gritó el sombrero, haciendo que los estudiantes pertenecientes a esta casa saltaran de emoción. Mientras que muchos pensamientos pasaban por la mente de los estudiantes de otras casas. ¿Acaso Charlize tomaría el camino de la oscuridad?

A paso firme, la albina, llegó hasta la mesa de las serpientes, quien la recibieron con mucho orgullo. Pero claro, manteniendo su distancia.

Charlize tenía la necesidad de mirar hacia la mesa de los leones, topandose con la mirada del mismísimo Harry Potter.

— ¡Sabía que quedaríamos en la misma casa!— exclamó Daphne feliz con intensiones de abrazar a Charlize. Pero la albina lo apunto en el pecho con su varita y habló.

— Tengo una arma blanca en mis manos. Si valoras tus ojos será mejor que no te atrevas hacer lo que pensabas hacer.— Varios slytherin escucharon la amenaza de Charlize, logrando que sus pieles se erizaran.

— Eres tan bromista— la rubia golpeó suavemente el brazo de la albina con un notable nerviosismo.