✧ ─ 𝐘𝐎𝐔' 𝐑𝐈𝐆𝐇𝐓

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El día esperado había llegado. El día yacía con un clima entristecido. El cielo se encontraba oscuro, como si algo malo ocurría a pesar de ser las nueve de la mañana.

La prueba comenzaría en la tarde antes que el sol se ocultara, pero antes de ellos, el torneo de los tres magos, en este caso, cinco magos les tenía una sorpresa. 

Los cinco jóvenes magos caminaban en silencio siguiendo a Dumbledore, tras los largos pasillos del castillo de Hogwarts, que curiosamente se habían mantenido muy limpios ese año a diferencia de los otros.

Pronto detuvieron su caminar al llegar a unas grandes puertas, muy parecidas a las del gran comedor.

— Antes que nada, me gustaría decir que disfruten su sorpresa— verbalizó el viejo director. Seguido de ello, las grandes puertas se abrieron y tras ellos, ¡vaya que se llevaron una sorpresa al ver a sus familiares ahí!

En la esquina izquierda cercana a las puertas, se encontraban una mujer y un hombre con semblantes serios y facciones marcadas. Aquella pareja miraban con, cierto disgusto, a la otra familia que se encontraba al fondo en la esquina derecha; la familia Grindelwald.

Charlize pudo reconocerlos como los Krum al ver sus miradas para nada amigables. Lo confirmó al ver que Viktor se había acercado a ellos y comenzaba una charla animada con sus padres.

Seguido de ellos, se encontraba la familia Delacour. La albina lo supo al ver a la hermanita de Fleur quien animada saludaba a su hermana y padres. 

En todo el centro se encontraba la familia Weasley; o más bien, la sra. Weasley y uno de sus hijos. Aquellos pelirojos eran fáciles de identificarse. Junto a ellos también estaba Hermione. Todos ellos acogían a Harry. Charlize pensó que quizás Hermione no era tan recta como antes; tenía entendido que los estudiantes de Hogwarts tendrían su último día de exámenes ese mismo día. 

Seguido de ellos, estaba su familia, la familia Grindelwald. Su padre la miraba con una sonrisa ladina vistiendo su típico traje azulado muy elegante. Vinda, quien estaba sentada en un sofá sonrió en grande al ver a la albina. Curiosamente también estaban la tía Queenie y el tío Jacob. Este último intentaba que su hermana, Amélie, saliera corriendo.

Seguido de ellos, se encontraba el señor Diggory, más que orgulloso al ver a su hijo. A pesar de solo ser él y Cedric, se veía un entorno cálido.

— ¡Charlize!— Sin verla venir, su hermana se le había escapado de las manos al tío Jacob y ya se encontraba en aferrada a Charlize como un koala—. ¡Te extrañé mucho!— exclamaba con clara felicidad dándole un pequeño beso en la mejilla a la albina, quien soltó una risita al ver lo eufórica que estaba su pequeña hermana.

— Amélie déjame saludar a tu hermana, no es solo tuya— Habló Gellert tras ambas hermanas llegar al frente.

Quienes estaban alrededor se sorprendieron, primero al darse cuenta que Charlize no era hija única y segundo al ver la interacción de aquellas dos. Siempre se había visto a la albina como una persona fría y era muy extraño verle sonreír o que mostrara cariño en público.

Sin duda la familia Grindelwald parecía ser la más llamativa, nadie le quitaba el ojo de encima por mucho tiempo. Especialmente aquella castaña que desde cierta distancia miraba a la albina y a la pequeña niña. Ahora sabía que aquellas cartas que de vez en cuando le veía a Charlize no eran ninguna chica con otras intenciones. Aquellas cartas con el nombre de "Amélie" que tanto confundían a Hermione, no eran ni más ni menos que de su pequeña hermana.

Muchas dudas le comenzaron a surgir a la Gryffindor, pero una en especial no dejaba de resonar en su cabeza: ¿Por qué Charlize nunca le dijo que tenía una hermana menor? ¿Por qué nunca le dijo que aquellas cartas eran de la pequeña carta? así se hubiera ahorrado el pensar mucho.

𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora