✧ ─𝐄𝐋 𝐀𝐑𝐁𝐎𝐋 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊

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—¿Quién es Kreacher? —preguntó Amélie tras escuchar salir el nombre de la boca de uno de los gemelos.

 —El elfo doméstico que vive aquí —contestó Ron—. Un auténtico chiflado— agregó. Hermione miró a Ron frunciendo el entrecejo.

—No es ningún chiflado, Ron— regañó frunciendo el ceño.

—Su única ambición es que le corten la cabeza y la coloquen en una placa, comohicieron con su madre —repuso Ron con enojo—. ¿Te parece eso normal, Hermione?

—Bueno, mira, si es un poco raro, él no tiene la culpa.

—Hermione todavía anda liada con el PEDDO. 

—¡No lo llames así! —protestó Hermione con indignación.

— ¿el peddo?— preguntó Charlize luego de estar un buen tiempo en silencio.

— ¡No es peddo! Es la pe, e, de, de,o, Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros. Y no soy sólo yo,Dumbledore también dice que hemos de ser amables con Kreacher—. Charlize le parió pensar que Hermione quizás estaba un poco loca ¿Una plataforma de defensa para los derechos de los elfos? Estaba de acuerdo en que no debían de tratarlos mal pero, nunca había conocido a un elfo que no le gustara su trabajo ¿A qué elfo no le gustaría servirle a una familia?

—Vale, vale —admitió Ron—. Vamos, estoy muerto de hambre— Salió seguido de sus amigos y fueron hasta el rellano, pero antes de queempezaran a bajar la escalera...

—¡Un momento! —dijo Ron por lo bajo, y extendió un brazo para impedir queHarry y Hermione siguieran caminando—. Todavía están en el vestíbulo, quizáoigamos algo.

Se asomaron con cautela por encima del pasamanos. El lúgubre vestíbulo quehabía debajo estaba abarrotado de magos y de brujas, entre ellos la guardia de Harry.Susurraban con emoción. En el centro del grupo, Charlize vio la oscura y grasientacabeza y la prominente nariz del profesor de Hogwarts que menos le gustaba: elprofesor Snape. 

La albina se inclinó un poco más sobre el pasamanos. En ese instante un delgado trozo de cuerda de color carne descendió ante los ojosde los menores. Miró hacia arriba y vio a Fred y a George en el rellano superior, bajandocon cuidado la oreja extensible hacia el oscuro grupo de gente que había abajo. Pero,al cabo de un momento, todos empezaron a desfilar hacia la puerta de la calle y seperdieron de vista.

—¡Maldita sea! —susurró Fred mientras recogía de nuevo la orejaextensible.Oyeron también cómo se abría la puerta de la calle, y luego cómo se cerraba.

—Snape nunca come aquí —le dijo Ron a Harry en voz baja, sin embargo Charlize logró escuchar.

—. Por suerte.¡Vamos!

—Y no olvides hablar en voz baja en el vestíbulo, Harry —le susurró Hermione.Cuando pasaban por delante de la hilera de cabezas de elfos domésticos colgadasen la pared, vieron a Lupin, a la señora Weasley y a Tonks junto a la puerta de lacalle, cerrando mediante magia los numerosos cerrojos y cerraduras en cuanto los restantes magos hubieron salido.

—Comeremos en la cocina —susurró la señora Weasley al reunirse con ellos alpie de la escalera.

Charlize tomó la mano de Amélie, para seguir a la señora Weasley. De pronto vio a un hombre de pelo negro, largo y enmarañado, tez pálida aun que cerosa, llamativos ojos grises. Parecía un poco demacrado y sus pómulos estaban un poco hundidos ¿Quién era el?

— Hola, ustedes deben ser Charlize y Amélie, o me equivoco?— habló con voz grave aquel hombre. El mantenía una sonrisa ladina, por segundos le recordó a su padre.

𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora