𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠

✧ ─ 𝐇𝐄𝐁𝐑𝐈𝐃𝐎 𝐍𝐄𝐆𝐑𝐎

— ¿Qué te pasa niña?— preguntó Snape con el ceño fruncido.  Charlize evadía su mirada—. Creo haberte preguntado algo...

— No pasa nada— intentó dar una sonrisa, pero solo logró una mueca.

— Se que algo te sucede, hace días estás así. Eres muy buena duelista, pero he logrado ganarte con facilidad desde que comenzamos la clase, ni decir que casi haces explotar mi salón de clases con esa mezcla de ingredientes que hiciste en la hora de posiciones— relataba— Estás muy pensativa, tanto que ni cuenta te diste que entre a tu mente—. así Snape logró que la albina lo mirara—. Quien lo diría... con la señorita Granger...

— Fui una idiota— murmuró cabizbaja.

— Por supuesto— admitió el mayor con una sonrisa amarga.

— No la desprecias?

— Sí, es una sabelotodo irritante. Pero eso no quita el hecho de que eres una idiota.

— Gracias— respondió con sarcasmo.

— Agachar la cabeza cuando está la señorita Granger no arreglará el error niña...

— Pero yo no besé a Fleur.

— Eso Granger no lo sabe. Deberías de organizar tus pensamientos y así saber que es lo que quieres.

— Yo la quiero.

— Un "yo la quiero" no arreglará las cosas niña tonta. Demuéstrale que realmente vas en serio.— habló tomando de los hombros a la menor— No cometas los mismos errores que yo...ahora largo. No seas lenta o te la robaran.

— ¿Snape afectivo?— dijo riendo al sentir como el mayor la acogía en un pequeño abrazo.

 — Te detesto niña.

— Compartimos el mismo sentimiento viejo— dijo dándole un golpe en su brazo.

— Charlize— llamó antes de que la albina se diera cuenta para irse— Mañana es la prueba... sobrevivir es tu prioridad, recuérdalo. 

— No te preocupes, saldré de esa prueba sin un rasguño— guiñó, dándose la vuelta para salir de aquel salón.

[...]

El día que mantenía con los nervios de punta a más de uno había llegado: el día de la primera prueba. 

Todos los campeones se encontraban en una carpa, cada uno contaba con su pequeño espacio. Charlize agradeció haber quedado en una esquina, teniendo a Harry a su izquierda.

Faltaban pocos minutos para que los adultos entraran y dieran las indicaciones y reglas de juego.

— Si vienes a insultarme como lo han hecho los dos Weasley menores, especialmente Ronald, mejor ni te me acerques Potter— murmuró con amargura—. Porque no sabes las ganas de matarlo que tengo, y no lo he hecho porque se que es importante para Hermione.

— ¿Ronald te insultó?— preguntó el ojiverde sentándose a un lado de la albina. Esta solo lo miró incrédula—. Perdón, no lo sabía. O sea, si sabía lo que le hiciste a Hermione, pero no sabía que Ron te había insultado. 

— Pues cada que chocamos en los pasillos ese hijo de...— Charlize se quedó pensativa. ¿Por qué meter a Molly Weasley en esto? ella no era una mala mujer—. ese hijo de su rata, me insulta. Y Ginny también lo hace, pero, ¡ella lo hace tan bien que me quedo sorprendida! ¡ojalá insultar como ella! pero Ronald, repite lo mismo y es aburrido.

— Me lo esperaba de Ginny, pero no de Ron...

— No me insultarás?

— No. Estoy enojado, eso es más que obvio, Hermione es mi mejor amiga, es como si fuera mi hermana y que tu le hayas hecho eso...hace que me den ganas de darte un par de golpes, pero no lo haré porque soy una persona inteligente y no me gustaría morir hecho polvo— dijo refiriéndose al protego diabolica de Charlize.