✧ ─ 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐀 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐒𝐔𝐂𝐈𝐀

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— ¡Señorita Grindelwald!— llamó— ¿Qué acaso no piensas practicar sabiendo que eres tu la que más debe hacerlo? ¡Abrirás el baile!

— No necesito practicar, soy una excelente bailarina profesora Dourado— respondió con egocentrismo— me encantaría acompañarlos, pero no puedo. ¡Suerte!— salió corriendo del gran barco, a pesar de los llamados de la directora "¡Señorita Grindelwald!"

Por estar riendo y estar mirando hacia atrás no se dio de cuenta que en su camino había alguien—. ¡Auch!— al abrir los ojos, se pudo encontrar con un rostro asustado— ¿Longbottom?— cuestionó mirando al chico, había cambiado físicamente, pero parecía ser el mismo chico asustado que conoció en primer año— ¿Neville Longbottom?— el chico asintió asustado. Charlize se levantó y le extendió su mano para ayudarlo a ponerse de pie—. No muerdo... tampoco escupo fuego...— comentó intentando ser amigable con el chico. Este aceptó la ayuda.

Al tener contacto con el chico, Charlize sintió una extraña energía atraparla. Su vista se volvió borrosa, gritos tanto de una mujer como de un hombre se escuchaban y de repente una imagen se le presentó. Parecía ser Neville alzar una espada y estamparla contra algo, pero supo contra qué era. En el fondo de todo se veía Hogwarts destruido.

— ¡Merlín ayúdame! ¡Escúchame!— exclamaba el chico asustado mientras se llevaba las manos a la cabeza, desde su punto de vista pudo ver como en los ojos de Charlize aparecían extrañas líneas doradas. Ninguna  de estás seguía un patrón, todas estas eran distintas— ¿estás bien?— preguntó al ver a la chica regresar a su estado normal. 

— Sí, sí, yo... no te preocupes— habló torpemente intentando procesar lo  que había visto— ¿emocionado por el baile?— preguntó al ver que el chico tenía puesto unos  zapatos de gala.

— algo— respondió con timidez.

— ¿Ya sabes a quién llevarás?— el rubio asintió.

— Invité a Ginny Weasley.

—  Que rápido, eh, Longbottom— jugueteó dándole una palmada amistosa al chico en el hombro—. Yo quiero invitar a Hermione, pero no lo se, temo que me rechace. ¿Tu que dices?

— Hermione a rechazado muchas invitaciones, supongo que espera que tu la invites después de todo, los rumores parecen ser cierto— Charlize rio al escuchar como el chico bajaba la voz a lo ultimo—. Pero también creo que deberías de apresurarte. Supe que Viktor Krum pretende invitarla. Ese chico parece querer algo con ella.

— Supongo que debería tomar tu consejo Longbottom— dijo, para entonces dirigirse al castillo en busca de Hermione Granger. 

Cuando tuvo por doblar hacia la biblioteca, todo le cayó como valde de agua— ¡Acepto! ¡Irré al baile junto a Herrmione Grrangerr!— gritaba festejando aquel búlgaro junto a sus amigos—. ¿Qué pasa Grrindelwald? ¿Vas a llorrarr porrque te rrobe a la chica?— se burló pasando con su grupito de amigos.

La albina no le importó lo que el chico había dicho, en cambio siguio caminando hasta llegar a la biblioteca y caminar hasta el final. Donde Hermione siempre solía sentarse.

— ¿Es cierto?— su presencia hizo que la castaña saltara de su asiento.

— ¿de qué hablas?

— No te hagas la tonta, porque no te sale. Irás con Viktor Krum al baile, ¿no es así?

— ¿Cuál es el problema si voy con el?— Hermione se había enojado por la forma en que Charlize se había expresado.

— ¿Por qué no me esperaste? Yo quería ir contigo.

— Pensé que no lo harías. No siempre esperaré todo el tiempo que quieras  hasta que decidas cuando.

— Eres una-...— no había terminado de hablar cuando sintió la mano de la castaña sobre su mejilla— tonta—. terminó. Aguantando el ardor de su mejilla—. No sabes lo que acabas de elegir Granger, el solo te quiere para pasar el rato. Y ¿sabes por qué? porque el de alguna manera sabe que yo  te quiero para mi. Ahora me doy de cuenta que no cabe duda que soy mucho mejor que el, ¿cómo pude pensar que no?

— Te equivocas, me acabas de demostrar que Viktor es mucho mejor que tu. Tu no eres nada— dicho esto. Charlize cegada por el enojo, tomó a la castaña con una de sus manos por el cuello y la estampó contra una estantería. 

Hermione se removía intentando recuperar oxígeno, pero entre más se movía, la albina apretaba su agarre— Te equivocas Mione— susurró en el oído de la chica— Soy mucho para ti. Tu solo eres una maldita sangre sucia escurridiza— al terminar de decir eso, estrelló a la gryffindor contra el piso. Y como si nada hubiera ocurrido, salió del lugar.

𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora