— ¿Qué te mantiene inquieta?— preguntó Dumbledore caminando al lado de la albina.
— ¿No crees que esa pregunta está muy... tonta? Es más que obvio. Tantas cosas están ocurriendo... primero Voldemort regresa, asesina a mi madre y al chico Diggory. Mis padres son acusados de cosas que no cometieron, al igual que yo ¿por qué? Porque Fudge es un idiota de primera clase, el muy estú-...
— Creo que está más que entendido que el ministro no es de tu agrado— interrumpió Albus—. Pero recuerda que las paredes tienen oídos...— aconsejó guiñándole un ojo—. Ven, sígueme.
— ¿Qué hacemos aquí?— decidió preguntar. En realidad desde que habían llegado al hospital de San Mungo tenía curiosidad. Albus no le había dicho nada. Nadie le había dicho nada—. ¿No deberías de estar con Harry? El te necesita—. dijo recordando que Harry había sido acusado de usar magia fuera del colegio y que ese mismo día era su juicio.
— Aprecio mucho a Harry, pero tu eres mi hija... estás primero que los demás—. Aquello llenó de felicidad a la albina, aun que lo ocultó, se sintió querida, importante—. Debido a que tus padres no se podrán hacer cargo de ti ni de tu hermana, el ministerio le dará tu tutoría al pariente más cercano. En tu caso te entregarían a una tía lejana de Gellert, si no me equivoco. Pero, yo deseo tu custodia— explicó deteniendo su paso. Charlize lo miraba con atención—. Pero en el ministerio no estás registrada como mi hija, sin embargo, Fudge sabe que eres mi hija... Para que me den tu custodia debo de llevar una prueba de ADN para comprobar que eres mi hija
— Por eso estamos aquí— terminó.
— Gellert y Vinda estuvieron de acuerdo en que yo reclamara tu custodia, ahora el asunto eres tu ¿Quieres que sea yo quien tenga tu tutoria?
— No veo por qué no, eres mi padre... pero tengo dos condiciones...
— Te escucho— habló el anciano luego de haber entrado a una habitación tomando asiento en una silla. Charlize copió su acción.
— Primero, no quiero secretos— el mayor aceptó—. Segundo, quiero que me dejes visitar a Amélie mínimo una vez cada dos semanas.
— Charlize... no puedo complacerte con eso. Es peligroso. Si fuera por mi te dejaría porque se que como es el sentimiento de hermanos, pero Gellert me ha prohibido eso... Pero puedo permitirte enviar una que otra carta, será secreto de nosotros— agregó con una sonrisa divertida. Aquel viejo la había convencido, claro que no era eso lo que quería, pero no lo podía rechazar. No quería alejarse de Amélie. Temía que algo le pasara. Algo horrible como lo de su madre, pero sabía que con la tía Queenie y el tío Jacob estaría en buenas manos.
— ¿Será mucha sangre lo que necesitaran?— preguntó luego de unos minutos en silencio, sacándole una gran sonrisa a Dumbledore.
[...]
Luego de pasar parte de la mañana con Dumbledore, Charlize regresaba al número doce de Grimmauld place. Algunos miembros de la familia Weasley la recibieron con los brazos abiertos, guiándola hasta una habitación, en ella estaban Gellert, Vinda, Amélie, Queenie y Jacob.
— ¡Charlize!— exclamó Amélie lanzándose en sus brazos. Con torpeza Charlize logró sostenerla.
— Ya estás muy grande mocosa, pesas— comentó riendo—. Hola tía, tío— saludó a los mayores. Para luego dirigirse a sus padres—. Ya se tienen que ir ¿No es así?— Gellert asintió cabizbajo—. ¿No pueden esperar un poco más? Déjenme pasar más tiempo con Amélie, por favor.
— Lo siento cariño, pero hemos tenido que cambiar algunas cosas— respondió Vinda acercándose a sus hijas, envolviéndolas en un abrazo.
— Por favor, esperen un poco más.
— No podemos flamita. Tenemos que acompañarlos y luego regresar y entregarnos... No podemos arriesgarnos a esperar más. Pero tanto Amélie como tu estarán bien..
— Estaré bien Charlize, te lo prometo. El tío Jacob dijo que podía enviarte cartas cada cierto tiempo... Mira te dejaré a pelulín—habló la pequeña niña entregándole un oso de felpa— así nunca estarás sola, te aseguro que pelulín es el mejor acompañante que puedes tener—. Amélie pensó que tal vez aquello consolaría a su hermana.
— Te extrañaré mucho mocosa— murmuró abrazando con fuerza a la rubia.
— Yo también lo haré... mucho más— respondió. Un fuerte sollozo se escuchó, no era de ninguna de las hermanas. Todos tenían los ojos húmedos reteniendo las lágrimas, pero fue Jacob quien estalló en llanto—. No llores tío, Charlize y yo nos volveremos a ver.
— Es cierto. Compórtate Jacob— comentó Vinda agarrando a Amélie.
— No te preocupes cariño, la cuidaremos muy bien. Espero que tu también te cuides—. Habló dulcemente Queenie.
— Lo haré— dijo, aun que dudaba de ello. Pronto unos brazos la abrazaron, era Gellert. Seguido se unió Vinda—. Se que saldremos de todo esto— dijo intentando levantar los ánimos, aun que ella estaba destruida. Primero su madre y ahora tenía que separarse de su familia.
— No dudes de eso—. aseguró Gellert—. Es hora de irnos— anunció—. Charlize Ginger, hazle caso a Dumbledore, no te alejes de tus amistades... porque es lo que el quiere y tu lo sabes... tu eres mucho más fuerte que el. Cuídate por amor a Merlín— la albina solo asentía. Sentía que si hablaba rompería en llanto—. Recuerda buscarla— verbalizó mirando con seriedad a su hija. Charlize volvió a recordar lo que su madre le dijo antes de morir—. Nos veremos pronto, cuídate por favor.
A Charlize no le gustaban las despedidas. Siempre vivió rodeada de sus padres, ellos les enseñaron que era el amor fraternal, ellos le enseñaron entender sus sentimientos. Siempre estuvieron con ella, a pesar de ser una niña difícil de comprender. A pesar de que ellos cometieron muchos errores, siempre estuvieron ahí con ella.
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𝐂𝐇𝐀𝐑𝐋𝐈𝐙𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐍𝐃𝐄𝐋𝐖𝐀𝐋𝐃: 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑟𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠
FanfictionEl Amor - es anterior a la Vida - posterior - a la Muerte - inicial de la Creación, y de la tierra el Exponente - 𝄖 Emily Dickinson Hermione x Lectora G!P • No se aceptan copias o adaptación. • La historia es original. Primera his...