Capítulo 28.

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Iba a subir ayer el capítulo, pero como estuve terminando el dibujo de Mikey pues no terminé el capítulo. Sí, me distraigo muy rápido. Pero no pasa nada, ya está aquí el capítulo. Pero antes de eso me gustaría preguntar algo. 

¿Quieren una escena de sexo entre Takemichi y Mikey? 

Pregunto esto porque se vienen capítulos dolorosos, así que antes de eso ¿por qué no poner algo bonito y que haga que se sonrojen? Aun así quiero saber que piensan de eso. 

Bueno, sin más os dejo leer el capítulo. 

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Inui miro a Manjiko mientras recordaba cuando salió del reformatorio y descubrió que la 9ª generación de los Black Dragons había sido disuelta tras pelear contra la ToMan y también desde que los hermanos Haitani habían ganado fuerza. Aun así Inui no quiso rendirse y se propuso revivir a los Black Dragons. Fue Koko quien le presentó a Taiju. En un principio Inupi pensó en reclutarlo tras darle una paliza, pero eso no resultó como esperó. Taiju le hizo papilla y así fue como el mayor de los Shiba se convirtió en el líder de la 10ª generación de los Black Dragons y también cambió barias cosas.

- Solo ríndete, Sano Manjiko – dice el rubio de la cicatriz en la cara recordando muy bien la brutalidad de Taiju. Ese chico no era de ese mundo -. El jefe está a un nivel completamente diferente al tuyo. Solo eres una piedra en su régimen militar.

Mikey lo estaba escuchando, pero no le hizo caso. Sabía perfectamente que podría derribar a Taiju y solo le bastaba un golpe, y con eso comenzó a balancearse. Taiju pensó que lo hacía por el puñetazo que le había dado, y le dice a la Sano que ese había sido el mejor puñetazo que había dado en toda la noche y que necesitaría de unos cuantos más para derribarla.

Mitsuya se preocupa al ver que la rubia se estaba balanceando, pensando que el golpe que había recibido le había causado bastante daño, incluso Takemichi se preocupó e intentó acercarse, pero Mikey alza un poco su mano para que el teñido no se acercase más.

- ¿Esto es todo de lo que está hecha la invencible Mikey? – pregunta Taiju -. Que decepcionante.

Mikey simplemente suspira al oír las palabras de ese malnacido que tenía frente a ella. El enfado la estaba consumiendo y notaba como algo dentro de ella quería tomar el control para acabar con la vida de ese maldito, pero no lo permitió. No necesitaba la oscuridad para proteger a las personas que quería. Ella era lo suficientemente fuerte para acabar con Taiju.

- Ese golpe que recibí fue para castigarme a mí misma – dice ella con voz tranquila y vio que sus palabras confundieron a Taiju. Ese gigante no tenía mucho dentro de su cabeza y por eso actuaba con un cavernícola.

En un rápido movimiento Mikey coloca su pierna derecha atrás causando que girase un poco su cuerpo. En todo los años de entrenamiento en el dojo había aprendido muchas cosas y una de ellas era que cualquier golpe que daba debía usar su fuerza pero también su cuerpo, ya que así el golpe era más doloroso. Eso es lo que estaba haciendo. Ya en esa posición da un salto, ya que Taiju era un maldito gigante, y en pleno salto movió su pierna y giró su cuerpo para así impactar su pie en la sien de Taiju. El Shiba cayó al suelo inconsciente y Mikey sonríe para sus adentros al verlo así.

Todos se quedaron con las bocas abiertas al ver lo que Mikey había hecho, pero el que más impresionado estaba era Takemichi. Por unos segundos el teñido juraba que la rubia había volado y tras eso llegó un golpe sordo. Todo había ocurrido un unos segundos, pero Takemichi lo había visto todo a cámara lenta. Lo único que pudo pensar Hanagaki era que Manjiko era impresionante.

Tokyo ManjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora