Capítulo 77.

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Y he vuelto. Siento haber estado ausente, pero no conseguía tiempo para poder escribir. No creo poder actualizar regularmente, así que no pienso dice que volveré a actualizar cada semana, pues no creo ser capaz. Lo que sí prometo es actualizar cada vez que pueda. 

Como siempre, espero que el capítulo les guste y lo disfruten. 

Ah, se me olvidaba. Quizás lloren con este capítulo. Lo siento. 

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31 de Octubre 2005.

Takemichi, o más bien Indra, estaba encargándose de unos negocios ilícitos. Se había aliado con un narcotraficante, el cual trabajaba para la Yakuza, para poder distribuir la droga. Ahora muchos de los miembros de Taishakuten se ocuparían de vender la mercancía y así con seguir grandes cantidades de dinero. Con las peleas no les iba nada mal, pero entrar en el negocio de la droga traería más ganancias.

Para Indra todo esto era un juego, debía tener paciencia, pues no le sería tan fácil conseguir el poder que tanto ansiaba. Debía ser cuidadoso y ganarse la confianza de Takemichi para que este se la otorgase, no había otra forma. En un principio, cuando estaba controlando el cuerpo de Mikey y lo atravesó con esa catana, pensó que el poder se transferiría, pero no fue así, por eso mismo optó por la segunda opción: Takemichi debía entregarle el poder así como hizo Shinichiro con él. No tenía más opción que ser paciente, y por eso mismo debía entretenerse para que la espera no fuera tan tediosa.

- Bien, ya saben lo que tienen que hacer – dice el teñido dando por terminada la reunión con varios de sus hombres. Estos se marcharon tras hacer una reverencia, y en la fábrica abandonada donde se encontraban, solo se quedaron Hanagaki, Inui y Kokonoi -. Oigan, ¿dónde se ha metido Kisaki y Hanma?

- Pues creo que ahora mismo se encuentran en el cementerio de autos – responde Inui mirando la hora en su móvil -. Retaron a ToMan a una pelea.

- Así que eso es lo que tramaban, ¿eh? – dice Hanagaki con una sonrisa -. ¿Por qué no vamos a ver cómo les va? Será interesante.

Koko e Inui asienten y con eso los tres se marchan de la fábrica abandonada.

Mikey estaba mirando fijamente a Kazutora y sin pensarlo dos veces alza su pierna para darle una patada en el pecho. Así dio comienzo la pelea. Izana se centró en Hanma, el cual lo miraba con una sonrisa burlona que no le gustaba nada al peliblanco, y debía admitir que sus golpes eran bastante potentes, ya que Hanma le había lanzado un puñetazo y él lo había bloqueado con sus brazos. La adrenalina comenzó a recorrer el cuerpo de Izana. Hacía mucho que no peleaba y había olvidado lo que le encantaba el subidón de adrenalina.

Kakucho, Baji y Mitsuya estaban peleando contra tres tipos que no conocían de nada, y no eran muy buenos que digamos, por lo menos no comparados con ellos tres. Kakucho tenía mucha fuerza y habilidad a la hora de combatir, ya que había sido la generación de la brutalidad quienes lo había entrenado. Baji tampoco se quedaba atrás, pues como siempre el pelinegro parecía una pantera a la hora de pelear, y ni siquiera le habían tocado ni un pelo. Mitsuya por su parte también estaba dándolo todo, pues para él – y todos los miembros de ToMan – esta era su venganza por lo que le hicieron a su dragón gemelo.

ToMan tenía la delantera, ya que Mitsuya, Baji y Kaku habían dejado inconscientes a los tres contra los que habían peleado y eso hizo que Kazutora apretase los dientes por el disgusto.

- ¡Concéntrate en mí! – dice Mikey dándole una patada al de mechas -. Tu oponente soy yo, Kazutora.

- Perra – gruñe Hanemiya limpiando el hilo de sangre que había en la comisura de su boca -. ¿Crees que puedes ganar? No eres nadie, Mikey. ¡Ya no eres tan invencible como les hiciste creer a todos!

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