Capítulo 38.

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Bueno, no hay mucho que decir sobre este capítulo, solo que va a ser doloroso o por lo menos eso me parece a mí, ya que he llorado al escribirlo. 

Espero que lo disfruten. 

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20 de Febrero 2006.

En cuanto Kakucho se marchó en seguida llegó Mikey, la cual fue en busca de Takemichi sin prestar atención a los demás. Les había echado una rápida mirada cerciorándose de que estaban bien y fue en busca de su novio. La enfureció verlo golpeado, pero se dijo que en otras ocasiones había estado peor, pero eso no aminoró su enfado. Se culpó de que Takemichi acabase golpeado ya que de haber estado con él después de clase esos malditos no se hubieran atrevido a golpearlo. Por lo que le había dicho Yuzuha, esos tipos de Tenjiku habían ido al territorio de ToMan para cazarlos, pero ella no se había cruzado con ninguno de esos tipos, lo cual hizo que pensase que esos malditos no se habían atrevido a acercarse a ella por miedo, aun así habían ido en contra de su pandilla y los habían golpeado.

Abrazó a Takemichi en cuanto lo vio y el chico la acunó en sus brazos y gracias a eso logró relajarse un poco. El día de hoy no era uno muy bueno para Mikey y el que hubieran atacado a su pandilla no hacía más que empeorar su humor.

Aun así todos se marcharon de vuelta a Tokio para así descubrir que había pasado con los demás integrantes de la pandilla, pues debían saber cuánto daño habían causado Tenjiku. Eso lo dejó a cargo de los hermanos Kawata, ya que ella quería tratar los golpes de Takemichi, Baji también hizo lo mismo con Chifuyu y Ryusei había prometido ir a ver a Yuzuha para contarle todo y que así la chica se quedase tranquila.

Mikey llevó al teñido a su casa y solo le tuvo que poner dos curitas en la cara, pero en la cara del chico iban a quedar moretones por los golpes. Eso la enfureció, pero aun así no dijo nada y le dijo al chico que descansase mientras iba descubriendo qué demonios había pasado, pero en verdad la rubia no podía evitar pensar en que había tenido la culpa de todo eso. Ella sabía que era normal que otra pandilla llegase y les declarase la guerra, pero no le había hecho gracia ver que habían golpeado a Takemichi. Ella no se podía permitir perder al chico. Se había dado cuenta que Takemichi la había inmensamente feliz, y pensaba que si algo le pasase al chico, si lo perdiera, su vida no tendría sentido. Sabía que no estaba bien que se sintiera tan dependiente de su novio, pero su vida no había sido demasiado buena, había perdido a personas muy importante para ella, y desde que conoció a Takemichi su vida cambió para bien. Él era su tabla de salvación, y se prometió protegerlo, pero lo habían golpeado cuando ella no se encontraba junto a él.

- Estás muy callada – susurra Takemichi mirando a la rubia -. ¿Estás bien, Mikey-chan?

- ¿Eh? – susurra ella saliendo de sus pensamientos -. Ah, sí. Estoy bien. No te preocupes por mí.

- Eso es imposible – susurra Takemichi levantándose para abrazar a Mikey desde atrás y la acerca más a él para que la espalda de ella estuviera apoyada en su pecho -. Siempre me preocupo por ti – Mikey se gira para poder mirarlo a los ojos y ahí el teñido vio que su novia estaba preocupada. No le gustaba verla así, y por ese motivo comenzó a repartir besos por toda la cara de la chica, causando que Mikey comenzase a sonreír -. Así está mucho mejor. ¿Sabes algo sobre los demás?

- Más tarde habrá una reunión de emergencia – explica Manjiko sacando su móvil del bolsillo y ve que tenía varios mensajes y llamadas perdidas -. Kenchin estará aquí dentro de poco.

Con eso Mikey empieza a recoger los algodones que había usado para curar las heridas de Takemichi y la pomada que había usado para los moretones del chico, y con eso hecho sale de su habitación dejando solo a Takemichi.

Tokyo ManjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora