Tokyo Manji

Capítulo 51.

Bueno, he tardad un poco, pero aquí está. He decidido que actualizaré todos los viernes, he decidido poner un día para subir capítulo, y si no llegase a subir un capítulo un viernes, seguro lo subiré sábado. 

Bueno, espero que disfruten del capítulo. 

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24 de Julio 2006.

Los señores Takemichi se quedaron a dormir en la casa Sano, al igual que Wakasa. Hacía mucho que en esa casa no había tantas personas. La primera en despertar fue Haruko, la cual fue a verificar que su hijo seguía en la habitación que Makoto había propuesto y así era. Había tenido que pelear con su hijo para que durmiera ahí, y al final accedió porque Mikey insistió en dormir sola.

Con eso hecho la mujer se dirigió a la cocina dispuesta a preparar el desayuno para todos, pero se lleva una sorpresa al encontrar que Mikey estaba sentada en la mesa.

- Hoy has madrugado – dice Haruko.

- No he dormido – responde Mikey -. No podía después de haber dormido toda la tarde.

- Normal – dice la mujer -. Voy a preparar el desayuno, ¿quieres algo en especial?

- No – dice la rubia levantándose -. No tengo hambre. Si Bishamon pregunta dile que he ido a visitar a Emma – con eso la chica empieza a alejarse pero se detiene al oír a Haruko.

- Mikey... - Haruko estaba un poco tensa, ya que no sabía cómo tratar a Mikey. Ayer por la noche no le dirigió la palabra, ya que la chica la decepcionó mucho cuando envió a su hijo al hospital, pero no podía ser fría con ella -. Siento mucho por todo lo que estás pasando. No debe ser nada fácil, pero quiero que sepas...

- No siga, señora Hanagaki – dice Mikey causando que la mujer se sorprendiera. La rubia nunca le había llamado así, sino que siempre la llamó Haruko-san -. Estoy bien, soy más fuerte de lo que parezco, y de verdad siento mucho haberme acercado a su hijo. Ayer fue un día difícil, pero le prometo que no volverá a pasar.

- Takemichi aún te ama – dice la mujer -. No parece que sea algo pasajero. No quiero que mi hijo sufra.

- Yo tampoco quiero eso – dice Mikey -. Y es por eso que me alejé de él.

Con eso la rubia se marcha. Quería ir a visitar a Emma ya que ayer no estuvo bien, y le costaría volver a la normalidad, si es que era posible hacer eso, pero quería ir a visitar a su hermana y no quería estar en casa cuando llegasen los empleados de la funeraria para prepararlo todo.

Izana se levanta de la cama viendo que hoy había tardado un poco más en despertarse, pero aun así tenía tiempo de todo. Después de asearse desayuna algo rápido y se marcha al hospital mientras se fumaba un cigarrillo por el camino, pero no podía quitarse de la cabeza lo que le contó ayer Draken. Hoy sería el entierro de Mansaku y la verdad es que se estaba planteando asistir.

Cuando al final llega al hospital se dirige a la habitación de Emma, al igual que hacía todos los días, pero lo que no esperó fue encontrarse con que había alguien más en esa habitación.

En un principio el peliblanco se tensa al ver a Mikey, la cual estaba sentada en una silla junto a la cama dándole la espalda a él y mirando a Emma, pero la chica enseguida se gira al oír la puerta y la mirada de ambos se cruza por unos segundos. Ninguno de los dos habló, no sabían qué decir, así que se mantuvieron en silencio.

- Volveré mañana, Emma – susurra Manjiko poniéndose en pie y dejando un beso en la cabeza de su hermana.

- ¿Estás bien, Mikey? – pregunta Izana saliendo del estupor.