Capítulo 76.

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Y aquí estoy de vuelta. No he tardado demasiado, por lo menos a mi ver. Espero que los cambios de este capitulo les gusten y no duden en comentar que les parece. 

Gracias por leer y espero volver pronto con el siguiente capítulo. 

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3 de Agosto 2005.

Mikey nota una pequeña corriente en su mano y eso la asustó, lo cual causa que apartase la mano.

- Taishakuten – habla Hanagaki alejándose con una sonrisa -. Es hora de volver. ToMan ha perdido.

Mikey ve como el teñido se iba alejando, pero ella no podía moverse. Su cuerpo no le respondía y notaba que las piernas pronto le fallarían. Kenchin... Indra había matado a Kenchin...

Al final cayó al suelo, pero no miró el cuerpo sin vida de Draken. No podía hacerlo, pues sabía que se rompería por completo.

- Draken... - susurra Mitsuya con voz rota cayendo él también al suelo de rodillas.

El silencio inundó el lugar, ningún miembro de ToMan se atrevía a decir nada. Habían visto como el subcomandante había sido asesinado. Ya no les importaba que ToMan hubiera perdido esa pelea, lo que más le dolía era la perdida de Draken.

Pronto se escucharon las sirenas de la policía, pero ninguno de los presentes se mueve de su lugar. No podían y no querían abandonar a Draken.

Mitsuya lloraba desconsolado, al igual que el resto de capitanes y subcapitanes, pero Mikey seguía sin derramar ni una lágrima. Para ella era como si su mundo se hubiera destruido. Draken, aquel que siempre estuvo junto a ella desde que se conocieron, su mejor amigo, aquel que la soportaba y se preocupaba por ella. El mismo que prometió llenar ese hueco en su corazón... Él no podía morir. Ella lo necesitaba. Ya una vez creyó perderlo, pero esta vez era de verdad. Kenchin ya no estaría junto a ella...

- No... - susurra ella -. No... - poco a poco se fue arrastrando por el suelo hasta llegar junto a Ken y ahí terminó de romperse -. ¡NOOOO! – las lágrimas comenzaron a caer y comenzaba a llamar al rubio de la trenza -. No puedes morir, Kenchin... No me dejes... tú no...

La policía llegó y se quedaron petrificados al ver a un joven abierto en canal con una chica llorando junto a él. Pero el que se quedó más sorprendido fue Ryuichi. Reconoció a Mikey enseguida y eso le preocupó. Aun así, tuvieron que hacer su trabajo y se llevaron a todos los chicos detenidos para tomarles declaración y saber que había pasado. También llamaron a una ambulancia, la cual se encargaría de llevar el cuerpo de Draken a la morgue, y eso fue lo más difícil. Mikey se negaba a separarse de Draken y golpeaba a todo aquel que se acercaba.

- Manjiko – habla Sato acercándose despacio a la rubia -. Por favor... debemos llevarlo a la morgue, y tú tienes que venir conmigo. No sabemos qué ha pasado...

- No me quiero separar de él... - susurra Mikey con voz temblorosa -. Por favor... Kenchin... abre los ojos...

Ryuichi no tuvo más remedio que llamar a Mansaku. No podía dejar que Mikey siguiera aferrada al cuerpo de ese chico.

- Casa Sano – responde Mansaku.

- Mansaku-sama, soy Sato, el antiguo compañero de su hijo – dice Ryuichi sin apartar la mirada de Mikey. De verdad que la chica le preocupaba -. Necesito que venga lo más pronto posible al Santuario Mushashi.

- ¿Ha ocurrido algo? – pregunta Mansaku muy preocupado.

- Nos han llamado porque han visto a unos chicos pelear, un problema de pandillas – Sato deja salir un suspiro -. Tengo frente a mí a su nieta, aferrada al cuerpo sin vida de un amigo suyo, o eso creo.

Tokyo ManjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora