¿Qué Sentir?

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La cabeza de Eri le daba vueltas no recordaba bien lo que ocurrió no sabía ni siquiera donde estaba, el piso era demasiado duro para ser su cama.
Levantó la vista y se asombro por lo que veía.
Eri: ¡¿P-por qué el cielo tiene ese tono?!.
El cielo se veía entre una mezcla entre rojo, violeta y rosa.
La chica se lavanto y no reconocía nada de lo que veía.
Diodora: Que bueno que despiertas.
Eri: ¿Qué hago aquí, quién eres?
Diodora: Diodora Astaroth es un gusto recibirte en este mundo... El inframundo.
Eri retrocedió un poco al escuchar esas palabras. Ella miraba a todos lados, al no reconocer nada solo miró a Diodora.
Eri: ¿Qué hago aquí?
Diodora: Te ofrezco algo... Tu venganza, poder, después todo lo que puedas desear.
Eri: Cuanta generosidad. La pelibranca se puso frente a frente de Diodora, mientras este reía engreidamente. Pero nada es gratis, así que dime que quieres.
Diodora: Jejeje fácil, te quiero a ti.
Rápidamente Eri le hizo una seña obscena y se dio media vuelta. Sin embargo, su instinto la hizo agacharse y de pronto un ataque pasó por arriba de ella.
Diodora: Esos reflejos. Eres parecida a el.
Eri: ¿A quién?
Diodora: A ese maldito dragon rojo.
En cuanto la pelibranca escucho eso se lanzó hacia el. Hizo una pirueta y le dio una patada en toda la cara, hasta derribó al demonio que sólo se pudo agarrar la cara.
Eri: No me compares con ese hijo de puta.
Diodora crearía un cuchillo y se lo clavo en el vientre a Eri. El demonio río pensando que la chica sería más sumisa. Sintió la mano de Eri en su barbilla y levantó el rostro. Sin embargo, un golpe en toda su cara lo hizo retroceder.
Eri: ¿Sabes como me llamaban en la U.A.? La chica como si nada se sacó el cuchillo, la sangre brotaba como si una fuente se tratara. "La imbatible". En todos los combates que tuve me fui sin ningún rasguño, pues... Como puedes herir a alguien que se sana como un maldito monstruo.
Diodora miraba con horror como la carne de la chica se cerraba y dejaba su abdomen como si nunca hubiera pasado nada.

Eri: Pero eso no significa que no sienta dolor. No no no, todo el dolor se queda grabado en mi cerebro, es lo único que no puedo rebobinar.
La chica estiró su dedo índice, el cuerno de su frente creció y unos rayos amarillos envolvieron a la chica.
Eri: Nunca antes he rebobinado a un Demonio. ¿Me preguntó qué pasará? Los humanos se hacen simios, ¿Qué te harás tu?.
Diodora empezaría a gritar, el dolor en su cabeza era demasiado.
???: Basta.
La chica se detuvo, bastante molesta se volteo, pero se encontró con un hombre rubio extrañamente familiar.

Toshinori: Ya dejaste claro que no es rival para ti

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Toshinori: Ya dejaste claro que no es rival para ti.
Eri: ¿Te conozco?
El hombre rubio, levantó un poco el fleco dejando a la peliblanca en shock, el ex héroe número uno, All might.
Eri: ¿Cómo es que tú?.
Toshinori: Si... Pasaron muchas cosas en estos diez años. Ven te ayudaré a regresar a tu casa.
La peliblanca desactivo su quirk y se fue con el rubio. Ambos iban caminando por lo que parecía un gran jardín de flores.
Eri: El inframundo es más... Vivo que lo imagine.
Toshinori: ¡Ha! Y no has visto nada. Si todos los relatos que hemos escuchado fueron puras mentiras.
Al salir del jardín Eri se quedó en shock una gran ciudad era lo que veía. Diez veces que la ciudad más grande de Japón.
Eri: ¡Esto es sorprendente!, pero... ¿Por qué la mayoría se visten como aristócratas europeos?.
Toshinori: Neh, les gusta.
Ambos siguieron caminando a cada paso que daban Eri veía que el inframundo no era muy diferente a él mundo humano.
La peliblanca se quedó viendo una gran pantalla. En ella se veía a un rubio cuebierto por llamas, peleando contra un tipo que apenas le ponía un puño encima lo desintegraba.
Eri: ¿Qué es eso?
Toshinori: Ah los llaman Rating game, son un deporte común aquí.

Aquella grabación resultaba ser un comercial que después puso una lista. A la cabeza se leía el nombre de Rias Gremory.
Eri: ¿Rias es la más popular?
Toshinori: Ojala fuera de popularidad. No, ella es la número uno, la Rey más fuerte.
Eri: Rias...
Ella se puso su mano en el pecho, mientras en la pantalla mostraban una grabación de ella compitiendo con su séquito, Akeno, Mei, Irina y Toga.
Eri: ¿Y-.. Y dónde está él?
Toshinori bajo la mirada, el comenzó a caminar hasta estar en un parque donde había un montón de niños. El se sentó frente a una estatua de Izuku.
Eri: En nuestro mundo es odiado, casi mencionarlo es un insulto, pero aquí tiene una estatua ¿Por qué?
Toshinori: Por un tiempo me pregunté lo mismo. ¿Tal vez... Solo tal vez? El mundo nos hizo odiarlo. El nunca dejó de ser bueno, nunca dejó de intentarlo, intentar conseguir nuestro perdón.
Eri: ¡Masacro a toda una ciudad! ¡¿CÓMO ES QUE-?!
La chica guardo silencio de golpe al ver como el cielo se estremecía, para los humanos un sonido de terror, para los habitantes del inframundo la llegada de su Salvador.

Eri: Se ve tan diferente a aquella vez

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Eri: Se ve tan diferente a aquella vez.
Toshinori: Su forma Balance breaker... El estado más visible de su poder, por ahora. La forma que vimos era "imperfecta".
Eri:... ¿Has hablado con el?
Toshinori: N-no, gracias a mi rey he logrado evadirlo estos años, pero Rias y su séquito me han visto. Las he convencido de no decirle nada.
La peliblanca se aleja un poco y veía sorprendida a el hombre rubio.
Eri: ¿Has convivido con el y no lo has matado, golpeó o llevarlo a nuestro mundo?
Toshibori: Eri. Se que es algo contradictorio a las cosas que dije en la prensa... Pero hablé con All for one y el me dijo que-
Eri: ¡¿Cómo sabes que no es mentira?! ¡Viste lo que hizo!
Toshibori: Si, lo sé pero.
Eri: ¡¿Pero qué?! He ¡¿Qué?!

La peliblanca ya había levantado mucho la voz quien no quería que la escuchará lo hizo.
Izuku: ¿Eri... Al might? ¿Qué hacen aquí?.
Eri se volteó su vista la llevo a sus ojos. Aquellos que expulsaban fuego verde, aquellos que había visto el día que le disparó. El recuerdo de ese día le daba un escalofrío que iba desde sus talones hasta hasta su cráneo.
Ella había pensado mucho en este día, el día que al fin se vería cara a cara con el. Entreno incluso cuando sus músculos le dolían, práctico su quirk hasta un nivel enfermizo, leyó tanto hasta que se quedaba dormida, sin embargo, ahora todo eso se iba a la basura con los recuerdos de aquellos meses viviendo con él.

Eri: Diodora...
Fue lo único que dijo. Eri veía como la mirada de quién en algún momento fue su amigo/maestro y protector, era relajada que lentamente cambio a una de sorpresa para detenerse a una de irá.
Izuku: ¡Astaroth!
Con una ruptura del mismo aire este desapareció y en menos de cuatro minutos un meteoro rojo impactó ferozmente contra el suelo.
Diodora: ¡Ya te lo dijo yo no la hice demonio!.
El peliverde tenía su pie en la cabeza del demonio, quien apesar de su esfuerzo no conseguía levantarse ni despegar su cabeza del suelo.
Izuku: ¡¿Para que la trajiste?! ¡Contesta!
Diodora: Quería... Quería usarla. Hacerla mía y usarla para matarte. Pero esa chica es un monstruo, le clave un cuchillo y no le pasó nada
Izuku: pensaba hacerte algo, pero veo que no es necesario.
Izuku levantó su pie y Diodora se levantó. El peliverde le hizo una señal con su cara para que se fuera.
Izuku: Elizabeth tenía razón, te ves bien. Solo te diré esto... Habla con Melissa Shield. Izuku levantó su mano e hizo un portal. Fue bueno verte... Eri.
Eri sin expresión alguna cruzó el portal y así como lo hizo este se cerró. Había aparecido frente a su casa, la casa de Izuku.

Eri: ¿Cómo él?.
Al darse vuelta donde estaba el portal había una muda de ropa nueva. En ella una nota que decía "De parte de Elizabeth, Izuku y las chicas... Te queremos".
Eri abrazo el regaló, sus ojos amenazaban con llorar...
Ahora mismo la chica se sentía mal, su cabeza iba a explotar. Por una parte sentía rabia por Izuku y Diodora, por otra tristeza por como apesar de que ella es cruel con ellos, simplemente no la dejan de querer y por último se siento bien como Izuku fue por Diodora y se lo puso en bandeja de plata.
Eri: ¿Que debo de sentir?... Alguien ayúdeme.
Decía la peliblanca mientras con una enorme sonrisa un mar de lágrimas salian sin parar de sus ojos.

Héroe del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora