Formato Libro 📌 yoonseok.

10. Formato.

Cuidar las palabras para lograr lo que deseas

—¿Ya te sientes mejor? —pregunta Sunhi, acariciándole la mejilla.

El turno ha sido nocturno una vez más y se le nota en el rostro. Aún así le ha traído una sopa caliente a la cama y sonríe con ternura.

—Sí. —Yoongi asiente y corresponde a su cariño—. Llegaré un poco tarde, pero ya he llamado a la universidad para anunciar que estaré allá hoy.

Lunes y martes la biblioteca de la universidad tuvo un bibliotecario de reemplazo por problemas de salud de Yoongi. Al menos es lo que ha mencionado para que le permitiesen ausentarse más de un día.

—Descansa —sugiere. Bebe la sopa tan rápido como puede para levantarse—. Ya mañana podrás llegar solo a dormir. Lamento ser una carga, sé que trabajas mucho.

—Los amo a ambos —asegura Sunhi, quitándose los zapatos—. Puedo con todo por ustedes.

Se acerca a ella para besarle la frente, luego corre al baño. En un par de minutos está en pie y desayunado, listo para subir a su motocicleta e irse al trabajo. En el trayecto se pregunta qué será de Hoseok, no sabe de él desde el magnífico incidente del viernes apenas pasado y tampoco le avisó nada sobre su ausencia aquellos dos días. Quizá hasta desistió de su trabajo. Se lo agradecería, sin lugar a duda.

La verdadera razón de su ausencia al trabajo es la vergüenza de haber montado un espectáculo para Hoseok en su lugar de trabajo. Tiene recuerdos borrosos sobre como llegó allí, pero específicamente el mal momento que le hizo pasar está bien grabado.

Toma un profundo respiro antes de abrir la puerta de la biblioteca e ingresar a las diez de la mañana como si nada estuviese sucediendo. Su expresión neutral regresa y busca de manera disimulada a Hoseok por los rincones. El corazón le va a tope.

—¿Yoongi? —La voz de Hoseok aparece junto a los maullidos del gato que trae entre sus brazos—. ¿Se encuentra bien? Estaba preocupado.

—Sí, estoy bien. —Finge tranquilidad mientras busca el libro de su asistencia—. ¿En qué estás?

—Ordenando. —Deja al gato sobre el mostrador y se sacude las manos—. Aunque ya terminé. Ayer no vino mucha gente, así que no hay mucho que acomodar. ¿Quiere que ayude en algo más? Estaba revisando los libros antiguos en la vitrina de vidrio y la verdad es que está algo sucia. No la revisan mucho, ¿cierto?

Sus ojos evitan a Hoseok en todo momento, pero los desvía hacia donde le menciona y ladea la cabeza para después retornar al libro que tiene sobre el mostrador.

—Si quieres limpiar, te lo agradecería —vacila—. Si no, puedes retirarte por hoy. Te veo mañana.

Nota como Hoseok permanece frente a él durante varios segundos más antes de partir hacia la bodega de la biblioteca, probablemente en búsqueda de los implementos para limpiar y ordenar la vitrina.

A mediodía vuelve a aparecer, momento en que ya ha reflexionado lo suficiente para darse a entender a sí mismo que Hoseok merece una disculpa por lo que sucedió.

—Ya me voy. Nos vemos mañana.

—Espera. —Los pies de Hoseok se detienen al instante y gira sobre su propio eje para mirarlo—. Acércate. —Así lo hace. Yoongi está al borde de estallar—. Quiero... disculparme por... ya sabes, lo del viernes. —Se encoge de hombros. La mirada de Hoseok lo está poniendo más nervioso de lo esperado, por lo que desvía la suya—. Lamento lo del viernes —asevera—. Espero no haber causado problemas en tu trabajo.

Las pestañas de Hoseok se mueven lento, su mueca no expresa más que análisis, quizá juzgando cada una de sus palabras para burlarse. Aguarda con calma a que suceda para continuar con su vida.

Pero no lo hace.

No hay burlas, ni gestos extraños. Lo que recibe no es más que una amplia sonrisa que expresa ¿ternura? y un asentimiento.

—Tranquilo —murmura Hoseok—. Sólo tenga en cuenta que me debe una. —Alza ambas cejas—. Buen día, Yoongi.