39. Portapapeles.

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Deshacer el pasado pegando heridas nuevas

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Deshacer el pasado pegando heridas nuevas

Tras la visita inesperada anterior, lo que menos esperaría Yoongi es que volviese a suceder. Ya es incómodo saber que estuvo allí hace unas semanas. Comprende que se trata del hermano de su esposa, pero conociendo todo el trasfondo mal gestionado, no sabe por qué Kim Seokjin está aquí una vez más.

Al llegar a casa, estaciona su motocicleta a un lado de aquel vehículo que jamás creyó que volvería a ver, e ingresa para toparse de frente con su sonrisa que, claramente, tampoco pensó que volvería a ver el resto de su monótona y miserable vida. Pero ahí está, un nuevo viernes, una cena, conversaciones indeseables y bromas absurdas en las cuales apenas participa para que el hombre se sienta tan incómodo que decida marcharse. Lástima que la táctica no surte efecto.

—¿Qué tal el trabajo? —le pregunta Seokjin.

—Bien, gracias.

Ni siquiera lo mira por demasiado tiempo y continúa comiendo. Los ojos de Sunhi permanecen pendientes de ambos.

—¿De mal humor?

—Como siempre —responde Dahae con burla—. Entró al camino de los cuarenta y ha comenzado a ponerse gruñón. Imagina cómo será a los sesenta.

Las tres personas que lo acompañan en la mesa ríen al unísono. Sunhi coloca una mano sobre su rodilla por debajo de la mesa, captando su atención y mirándolo con curiosidad. ¿Qué le causa tanto cuidado? ¿Es una especie de venganza? Es obvio que está incómodo y molesto por esta mala sorpresa.

—¿Sucedió algo hoy? —musita Sunhi hacia él.

—No. Sólo estoy cansado. Pero ya acabó la semana de exámenes finales. Estoy de vacaciones.

—Oh, ¿van a hacer un viaje familiar? —inquiere Seokjin.

Nota los ojos puestos en él, pero los evita a como dé lugar. Su esposa se encarga de responder que irán de viaje hacia el destino mágico que Solbi les ha regalado en navidad. Quiere regodearse por ello. ¿Cuántas otras sorpresas más?

—Yoongi, llevaré a Dahae a casa de Unju. Me dijo que le diste el permiso.

—Uh... —Se lo piensa. Podría enemistarse una vez más con su hija sólo por salvarse el culo, pero decide que ha sido suficiente de odio por su parte durante este año—. Bien.

—Gracias —exhala Dahae con una sonrisa y se acerca a besarle la mejilla—. Nos vemos mañana en la tarde.

—Claro. —Corresponde a su sonrisa—. Cuídate.

—Tal cual siempre, papá. ¡Adiós, tío Jin!

De soslayo ve a Seokjin levantar su mano hacia ella con un par de billetes y luego se despiden con un abrazo.

El silencio que queda en la casa es abrumador, por poco se ahoga en él. La muerte es la mejor de las opciones.

Igualmente sucede en el apartamento de Hoseok, quien observa a su hermano mayor con atención mientras le comenta las razones de su visita tan poco esperada y agradecida.

Formato Libro 📌 yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora