Una explicación innecesaria o una pausa de palabras ausentes
El lunes por la mañana, más temprano que de costumbre, Yoongi se dirige al trabajo. Su jornada es tal cual siempre con estudiantes caminando hacia sus clases, con el personal saludándole por la mañana, iniciando y terminando sus turnos. Sin embargo, hoy se siente como un adolescente. Le pesa un poco el cuerpo por la resaca y tiene la cabeza revuelta no sólo por esto último. Ha llegado más temprano de lo usual única y exclusivamente para asegurarse de estar dentro de la biblioteca en caso de que Hoseok aparezca.
Se deshace del candado y es recibido por unos mullidos enloquecidos. Un par de patitas le marcan los pantalones negros, Yoongi sonríe amplio. Olvidaba a su actual mejor amigo. Con algo de dificultad toma al gato entre sus brazos y permite que éste le golpee con la cabeza las veces que crea necesario. Apenas está del otro lado del mostrador se encarga de acariciarlo todo el tiempo posible hasta que se agote de él.
—Me extrañaste, ¿eh? —murmura, acariciando el lomo del animal.
—No fue el único —dice alguien con voz suave.
La expresión de Yoongi decae de inmediato. Su primer impulso es mirar su muñeca, pero luego recuerda que perdió su reloj aquella noche y se le presiona un poco el estómago. Resignado, alza la mirada hacia el reloj enorme encima de la entrada a la biblioteca y lo encuentra detenido. Posterior a ello, lanza un pesado suspiro y toma su celular: siete en punto.
¿Qué demonios?
—¿Te comió la lengua el gato? —cuestiona Hoseok.
Continúa de pie frente a él con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. A pesar de que el gato se ha vuelto loco de solo verlo y se frota con insistencia contra él. Es lo que alcanza a divisar de soslayo.
—Creí que no ibas a regresar —dice, sin mirarlo aún, mientras guarda su celular.
—Este semestre conocí algo peor que fisiología: Patología I. —Ríe bajito. No corresponde, no le nace—. Volveré sólo si quieres recibirme, claro.
Chasquea la lengua y lucha contra el impulso de jalarse el cabello por la frustración. Se atreve a levantar la cabeza y mirada para enfrentar a Hoseok.
—Sí, claro. —Busca el archivador que contiene la asistencia de Hoseok y se lo extiende—. Aquí tienes. Ya sabes qué hacer.
Ve la delgada mano del chico tomar el archivador. Ambos esquivan los ojos del otro tras el mínimo contacto.
—Yoongi...
—¿Sí?
Silencio. Tiene la mirada fija en la pantalla del computador.
—Olvídalo —suspira Hoseok.
De soslayo ve como el archivador es dejado a un costado.
—No puedo.
—¿Uh? —Sus ojos se encuentran. Los de Hoseok brillan—. Yoongi...
Está tan lindo como siempre. ¿Por qué tiene que ser tan jodidamente atractivo? Siente el impulso de presionarle las mejillas y besarlo.
—No me pidas que lo olvide, porque no puedo —aclara. Los labios de Hoseok se separan, pero no dice una palabra. Él forma una mueca involuntaria entristecida—. En fin, ¿comenzarás ahora o por la tarde? Pediré tu horario a jefatura para que...
—Yoongi —lo corta—. Tengo novio, ¿lo sabes?
—Sí, lo sé —asegura dando un asentimiento.
Él es un hombre casado y tiene una hija de dieciséis años. ¿A qué va con esto?
—Comprenderás que... no puede volver a suceder. Ese día ambos estábamos... extraños. Ebrios, drogados..., pero es todo.
¿Es todo? Su corazón cruje un poco.
—Sí, está bien —musita—. ¿Algo más? —Hoseok se muerde el labio un momento, luego niega—. Bien. Si quieres venir y hacer algo, hazlo. Si no, pues allá tú.
Se ha molestado, no se lo va a negar ni a sí mismo ni a nadie, pues no pretende ocultar sus sentimientos. Lo único que lo mantiene vivo y en paz consigo mismo es aceptarse y continuar.
Hoseok suelta aire de manera pesada, luego se despide y marcha en dirección a la salida.
No regresa al día siguiente.
Ni las siguientes tres semanas.
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Formato Libro 📌 yoonseok.
Fanfiction📌 : ❝ Jung Hoseok ama la poesía, a los animales y las sustancias que cambian el estado de ánimo. Acostumbrado a despertar entre los brazos de la dinamita, se ve arrinconado a buscar una solución a sus problemas para no perder la beca de estudios qu...