📌 : ❝ Jung Hoseok ama la poesía, a los animales y las sustancias que cambian el estado de ánimo. Acostumbrado a despertar entre los brazos de la dinamita, se ve arrinconado a buscar una solución a sus problemas para no perder la beca de estudios qu...
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El roce en un nudo que quiere desatarse
Tres meses transcurren como una carga densa. Yoongi recibe ausencia de palabras tanto de Sunhi como de Dahae hasta el lunes por la mañana de su discusión. Es con el transcurso de las semanas que comienza a sentir casual la interacción y parece jamás haber existido el ambiente de lucha.
En cierto grado siente decepción de su familia, pero al mismo tiempo no es una novedad pasar este tipo de situaciones. Durante estos trece años que llevan viviendo los tres juntos, se lo han hecho al menos unas treinta veces, si es que no es más y es modesto con sus cuentas. Es un constante ir y venir hasta el fin de los tiempos.
Las vacaciones festivas se acercan a pasos agigantados. Dentro de una semana tendrá que viajar a su ciudad natal para pasar aquellas dos semanas agónicas en casa de sus padres. Compartiendo en cenas familiares que lo agotan y manteniendo conversaciones que le producen una úlcera estomacal creciente y dolorosa.
Por hoy, sale del baño para tomar las llaves de su motocicleta y partir al trabajo Yoongi recibe una llamada de un número desconocido. De manera general no contesta, pero hoy está tan solo que la idea de hablar con alguien lo reconforta.
—¿Diga?
—¿Señor Min Yoongi?
—Con él.
—Habla la maestra jefa de Min Dahae.
Su estado de alerta se eleva de golpe.
—¿Qué sucede?
—Nada grave. Sólo me comunico con usted para recordarle la cita que tenemos hoy a las nueve de la mañana, en caso de que la señorita Dahae no se lo haya mencionado. —Silencio—. La ha traído su esposa hoy. —Silencio—. ¿Señor Min? ¿Sigue ahí?
—Eh... sí, sí. Lo recuerdo. Estaré allí a la hora. Muchas gracias.
—Está bien. Nos vemos.
Presiona sus llaves y sale. Llama a su jefe para avisar sobre la emergencia familiar y después llama a su esposa, quien no contesta ninguna de sus cinco llamadas insistentes, tampoco a sus mensajes pidiéndole una explicación acerca de algo que evidentemente sabía de antemano.
¿Qué hiciste ahora, Min Dahae?
Por poco se estrella contra una muralla en una esquina, pero logra sobrevivir al trayecto infame y eterno que es el viaje al colegio donde asiste su hija. Está de más añadir que su corazón no para de bombear. Siente que va a explotarle la sien.
Dirección lo recibe hasta que la maestra de Dahae aparece en la oficina y la expresión que le enseña no lo tranquiliza en absoluto.
—Señor Min —inicia—. Seré breve. Tengo clase en cinco minutos y sé que usted también está ocupado. —Yoongi asiente—. Sé que Dahae no se lo ha comentado, por eso me aseguré de llamarlo. Necesitamos con urgencia un plan de acción para que su hija desista de faltar a clase. Por alguna razón desaparece después de la primera y retorna en la última de la tarde. Lleva así desde iniciado el semestre. Creí que podríamos solucionarlo con una conversación, pero es complejo llegar a ella, ¿sí me entiende? Recurrir a usted ha sido mi última estrategia.
