"Tensión latente"

24 2 0
                                    

Yoko: ¿Estás molesto acaso?

Hiei no quitaba los ojos de encima de Kurama, estaba tratando de descifrar su comportamiento, buscaba la forma idónea para dirigirse a él, ya que lo desconocía por completo. Por su parte, Yoko lo miraba con una sonrisa de autosuficiencia.

Yoko: sé que vienes a defenderla, por favor Hiei, no conocía esa faceta tuya, increíble que no hayas podido hacerte cargo de tu hermana para que vengas ahora a abogar por una mujer que no lleva tu sangre.

Hiei no se alteró, solo respondió luego de un corto silencio.

Hiei: soy yo quién te desconoce, no pensé que llegarías a este extremo.

Yoko puso los ojos en blanco.

Yoko: esto es lo que siempre he sido Hiei, no estás viendo nada nuevo.

Hiei: por supuesto que sí, jamás habías sentido tanto odio por alguien, tus enemigos era solo obstáculos de los cuales te deshacías para poder continuar; pero ella no lo es...

Yoko: simplemente es la mujer que me traicionó.

Hiei se le acercó y con firmeza le respondió...

Hiei: ¿Y a cuántos has traicionado tú? ¿Acaso se te olvidó? Peores traiciones que esas.

Yoko: al menos reconoces que fue una traición.

Hiei: sí, puede ser, pero no peor de las que has hecho tú, Yomi, por ejemplo. De verdad que sí has cambiado, has vuelto a ser el legendario Yoko Kurama, pero más oscuro.

Yoko: me conociste siendo Shuichi Minamino, no como Yoko. En lo único que he cambiado es en mi rencor hacia ella. ¿Crees que no lo merece o me vas a salir con que estoy siendo severo?

Hiei: reconozco que debió esperar y confiar más en ti, eso al final es lo que más te duele, ¿Verdad?

Respondió categórico.

Yoko: dolió.

Hiei: no Kurama, no, te sigue doliendo, sino no sintieras ese odio, más bien pasarías la página, lo que no te duele no tiene por qué importarte, te estás tomando esta venganza en serio.

Yoko: solo quiero saciar mi odio, eso es todo.

Hiei rió.

Hiei: no lo trates de ocultar llamándolo de ese modo, y sí Kurama, ella falló, pero no sabes cómo la pasó cuando te secuestraron.

Yoko: no dudo que lo haya hecho; sin embargo, fue muy poco, pudieron más sus impulsos y su necesidad de afecto.

Hiei: yo puedo mostrarte lo mucho que ella sufrió por ti.

Dejó caer la venda que ocultaba su tercer ojo dejándolo a la vista.

Yoko: no trates de restarle culpabilidad, no tiene caso que la justifiques.

Hiei se alteró un poco, estaba desesperado porque su amigo bajara un poco la guardía.

Hiei: no es justificación Kurama. Solo ponte un segundo en sus zapatos, que puedas encontrar la medicina contra tu dolor, no fue lo más idóneo, pero era lo que tenía a la mano. Que no fue lo suficientemente fuerte, es verdad, no lo fue, que sus emociones la dominaron, sí, pero no lo hizo por mala intención, le dolió haberte hecho eso.

Amor, armadura y espíritu IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora