"El preludio a una gran batalla"

13 1 1
                                    

Por segunda noche consecutiva, Lu soñaba con la conversación que había tenido con Koenma sobre la repentina renuncia del grupo Majikuu, aunque este sueño tenía otra cosa en particular.

Koema: sí me enteré. Sentí mucha pena por ellas porque fueron un buen equipo a pesar de tener las de perder, sin embargo, lucharon y lo hicieron bien sin miedo. Pero ahora es increíble que se hayan ido.

Lu: yo sé que algo malo les pasó, Aioria y yo pensamos que lo de la emergencia es solo una excusa, que algo más profundo subyace, las ví con temor.

Koenma: nunca sabremos lo que ocurrió.

Lu: ¿Y cómo queda la competencia?

Koenma: por lógica el equipo Ramunatán las reemplazarán.

Lu abrió la boca en "o" llena de asombro, no creyó que fuera posible porque habían sido descalificados.

Lu: ¡¿Qué?! ¿Cómo?

Koenma: si ellas hubieran ganado el combate realmente y luego se retiran pasarían la Trinidad directo a la final y quién gane entre los otros dos equipos irían con ellos. Pero las guerreras ganaron técnicamente hablando por haber Ramunatán hecho caso omiso a la petición de retiro, al final ese equipo las derrotó físicamente.

Aioria: o sea que esta rendición les cayó como anillo al dedo.

Lu se quedó impactada por cómo había dado un giro inesperado la situación y, al escuchar a Aioria opinar, le palpitó terriblemente el corazón; se acordó de las tres sombras que vio el día de su visita al hospital casi al salir, lo incómoda que se sintió al pestañear de manera espeluznante la luz. Enseguida expresó.

Lu: ¡Fueron ellos!

De repente el sueño dió un giro, Koenma y Aioria desaparecieron quedando el espacio teñido de negro. Lu estaba encerrada en cuatro paredes estrechas sintiendo claustrofobia. De pronto se dibujo en el aire una sonrisa macabra que mostraba dientes afilados y ensangrentados.

Lu gritó y de inmediato le pusieron las manos alrededor del cuello por detrás, eran frías y cortantes. En segundos se iluminó el espacio y en medio del lugar apareció Kurama, acto seguido, se formó a su alrededor un círculo de fuego de llamas enormes y él, con la mirada fija en ella, le expresó lo último que le había dicho antes de ser secuestrado.

Kurama: "así me pierda, yo siempre regresaré.

Lu sin pensar corrio hacia las llamas.

Lu: ¡Kuramaaa!

El fuego lo alcanzó y Kurama fue consumido por las llamas. Lu se despertó gritando su nombre.

Lu: ¡Kuramaaa!

Se levantó sudando a las seis de la mañana del día del torneo.

Lu: este sueño recurrente debe significar algo.

Tomó agua de la que había dejado en la mesa de noche, luego fue al baño y al terminar, se volvió a acostar viendo el techo tocándose el lado izquierdo del pecho.

Lu: Kurama, ¿Dónde estás?

Rápidamente se hicieron las siete y cuarto y a esa hora bajó a desayunar. Estaba Yusuke y Kazuma comiendo pan. Kuwabara le dijo con naturalidad.

Kazuma: te escuchamos desde aquí.

Lu: ya están acostumbrados.

Yusuke: sí, ya es el pan de cada día. ¿Qué hay de nuevo?

Lu: lo mismo de ayer, el mismo sueño. Cuando son recurrentes traen el significado.

Yusuke: ¿Ya pudiste decifrarlo?

Amor, Armadura y Espíritu IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora