A pesar de que el camino hacia el templo estaba cerca, el sendero se hizo largo, como caminar por el corredor de la muerte hacia la habitación de ejecuciones para morir bajo la inyección letal. Hiei no apartó la mano de la de Lu Genkai y ella se aferraba a él para no caerse.
Cuando ya habían llegado y bajado los chicos de la camioneta, ellos dos fueron los últimos en bajar. Aprovecharon unos instantes para conversar.
Lu: si entramos así pensará que me estás apoyando.
Hiei: aún no voy a soltarte, al menos que tú quieras.
Lu: Aún no, siento que no podré caminar sola.
En ese momento fueron interrumpidos por la maestra Genkai quién se acercó para hablarles.
Genkai: preguntar si están preparados es una tontería porque sé que no, pero al mal paso darle prisa. Vamos.
La noche estaba fría, la luna alumbraba en todo su esplendor, el templo se veía inmenso gracias a las sombras creadas por el majestuoso satélite terrenal. Genkai los condujo por unas escaleras y al subirlas, vieron un corto camino empedrado hacia la entrada; tuvieron que subir unos peldaños para alcanzar la puerta. La maestra la abrió y eso bastó para que todos sintieran escalofríos múltiples que calaron sus huesos por la excesiva expectativa. Mecánicamente entraron y una vez estando adentro, la puerta se cerró, sabían que ya no podrían salir.
Había ante ellos un recuadro amplio. Frente a ellos, a cinco metros, había un largo pasillo semi iluminado donde estaban algunas habitaciones. Yomi y Kuronue estaban parados a los lados de las entradas de ese corredor. Ambos saludaron con un gesto con la mano alzada. Yusuke hizo contacto visual con su ex rival de aquel torneo. El detective no dudó en dirigirle la palabra.
Yusuke: ¡Qué bueno verte Yomi! Tanto tiempo. ¿Cómo están las cosas en el Makai?
Yomi sonrió de forma ladina y respondió.
Yomi: hola Yusuke. Hace tiempo que no voy, me imagino que todo va de mal a peor, eso quiere decir que deben ir las cosas bien.
Ambos sonrieron sin ganas. Seguían estando en bandos contrarios en circunstancias diferentes.
Yomi: bienvenidos.
Todos hicieron un gesto con la cabeza, estaban muy inquietos como para responder con palabras. Enseguida los guerreros observaron que hacia la izquierda estaba una sala muy acogedora donde había maceta con plantas exóticas, plantas que hacían movimientos oscilantes, tenían vida propia; los chicos percibieron que era obra de Kurama. Por su parte, Kuronue usó un tono burlón para expresarles...
Kuronue: iré a buscar a quien vinieron a ver.
Hizo amago de entrar al pasillo, pero en segundos se escuchó la voz profunda de Yoko que provenía desde el final del corredor.
Yoko: no es necesario...
Lu no pudo evitar temblar, Hiei la sintió y de inmediato apretó su mano haciéndole saber que la apoyaba. El zorro de las nueve colas venía a paso lento caminando con seguridad. Se paró frente a la entrada del pasillo.
Yoko: ya estoy aquí.
Llevaba puesta una camisa de vestir blanca abierta con la cual se podía apreciar su clavícula, sus gemelos también estaban abiertos; sus pantalones también eran blancos y sus zapatos del mismo color. Su aspecto físico se había transformado casi completamente, de Shuichi Minamino solo quedaban diez centímetros de las puntas de su cabello plateado, su cara había desaparecido.
Nadie quería decir nada, estaba absorto sin poder creer cuando había cambiado, más en su personalidad, Yoko Kurama antes del cazador o incluso peor.
En la primera en fijarse fue en Lu Genkai, aunque nadie se dio cuenta, solo ella, la miró de pies a cabeza notando su vestido negro corto que no llevaba ningún adorno en particular. Hubo un destello lujurioso en su mirada, ella se sintió acechada.
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Amor, Armadura y Espíritu II
Fanfiction¿Qué sucederá cuando el pasado y el presente se encuentren? ¿Qué pasará cuando los tenga a ambos en frente? Una historia basada en los personajes de Yoshihiro Togashi, Masashi Kishimoto y Masami Kurumada.