Amor, armadura y espíritu II

«Regresión»

Al principio Lu Genkai no quería marcharse, pero con solo una mirada inexorable de la maestra, la chica obedeció yéndose así con sus amigos.

Las nubes negras habían desaparecido, pero el viento seguía constante y un poco frío.

Genkai se quedó observando a Kurama por un minuto exacto, éste hizo lo mismo, ninguno parecía pestañear. Al cabo de unos segundos Yoko preguntó.

Yoko: ¿Acaso vienes a darme un sermón? Que yo sepa hoy no es domingo.

Genkai enseguida se le acercó y si mediar palabras, le dio una bofetada potente dejando su mano marcada en la mejilla del zorro, acto seguido, devolvió la bofetada con el dorso del otro lado del rostro. Kurama no se defendió, recibió los golpes resignando. La maestra enseguida lo volvió a golpear en el mismo lugar, pero con el puño cerrado dos veces más; Yoko sangró indiscutiblemente.

Genkai: ¡Eres un insolente Yoko Kurama! Nunca pensé tener que lidiar contigo de esta forma. Ni siquiera las tonterías de Yusuke me han sacado tanto de quicio como tus actos prepotentes e intransigentes.

Yoko no decía nada pero su expresión seguía impetérrita, la miraba silente con respiración controlada.

Genkai: me enteré de la bajeza que cometiste en contra de Lu Genkai, ha sido demasiado humillante, ¿Hasta dónde piensas llegar? ¿Acaso tu desprecio no es suficiente castigo? ¡Déjala en paz, lárgate si es preciso, que se acostumbre a no verte, que sepa que en la distancia la persona que ama no la quiere, pero deja de estar comportándote de esa forma, como un muchacho malcriado y petulante!

Yoko: aplaudes su traición.

Genkai: no, no lo hago, pero ella no actuó por maldad o por querer hacerte daño, en cambió tú sí, actúas adrede, por venganza, para hacerla sufrir no solo emocionalmente, sino físicamente también; es demasiado maquiavélico, frío, calculador y sádico.

La maestra por unos segundos hizo silencio. En ese instante sintió nostalgia, recordó la cordura y la madurez de Shuichi Minamino y un sentimiento de añoranza la invadió profundamente, tanto que le dolió. Con un tono de voz dulce expresó.

Genkai: solo quisiera regresar el tiempo para que nada de esto estuviera pasando, pero simplemente no puedo... Y me pesa.
Cómo deseo que vuelvas a los brazos de esa madre que te acunó en ellos y que te hizo conocer el amor verdadero.

De repente, Yoko recordó a su madre Shiori, recordó hermosos momentos vividos en su infancia de mano de su progenitora humana. Por un instante, Genkai creyó ver en Yoko un destello de la mirada de los ojos dulces de Shuichi y eso le dio una ligera esperanza. La maestra se le acercó y tomándole el rostro con las dos manos le dijo.

Genkai: ciertamente a ella le dolería verte actuar así, ver en quién te has convertido por culpa de la decepción, no, no lo aceptaría, más bien saldría corriendo pávida y confundida.

Genkai bajó sus manos y se quedó mirándolo con amor, haciendo el rol de su madre así fuera por un momento para tratar de hacerlo reflexionar. Yoko por su parte, se quedó mudo mirando hacia la lejanía como si estuviera perdido y desorientado, se sintió menudo sin darse cuenta. Los segundos pasaban y él seguía extraviado. La maestra sintió ternura y compasión, algo le decía que su parte humana no estaba muerta sino escondida bajo llaves.

Genkai: ¿Acaso la sacaste a ella también de tu corazón? Si tú dices que Shuichi ha muerto, significa que tu amor por ella también murió con él.

Genkai sintió que ese comentario había causado algo en él. La brisa sopló mucho más fuerte y ella, sin querer realmente irse le dio un dulce beso en la mejilla y allí lo dejó perdido en sus pensamientos.