En las penumbras de la habitación de Yoko, éste se había quedado tendido en la cama lo que había restado del día. Ya era de noche y él no se había movido ni un centímetro de ahí; tenía los brazos extendidos y la mirada desorientada puesta en el techo el cual miraba con detenimiento. Solo podía escuchar los latidos de su corazón y ciertos murmullos de alguien quien parecía que rezaba, pero que nada se le entendía.
Cuando al fin pudo cerrar sus ojos, pasó algo extraño, sintió como si las agujas del reloj hubiesen acelerado su andar haciendo pasar las horas en un santiamén. Cuando quiso abrirlos, algo se lo impidió, y aunque hizo fuerza, no pudo, intentó moverse, pero no dio resultado su esfuerzo, sino que de pronto, algo comenzó a retorcerse adentro, acaparando todos sus órganos llegando a sus pulmones dejándolo sin poder respirar. A los segundos perdió el sentido yéndose a otro mundo, a uno más oscuro que una prieta noche sin luna.
🌹🌹🌹
Solo podía escuchar el goteo constante de agua que caía cerca de él, abrió sus ojos y se dio cuenta que estaba en total oscuridad, se levantó de donde estaba, que ya no era su cama, y se dispuso a caminar a ciegas.
A los lejos, vio que alguien se acercaba a él, la persona llevaba en sus pies una luz que la seguía al dar cada paso. Aún no se sabía si era femenino o masculino, porque la oscuridad seguía siendo abrumadora. Mientras se iba acercando, Yoko pudo notar que esa persona llevaba algo en sus brazos.
En segundos, la luz que cubría los pies de la persona comenzó a subir por ella lentamente. Al llegar al torso, pudo ver con claridad que lo que llevaba en sus brazos era un bebé. Yoko quedó paralizado al ver de quién se trataba, para la mayor de las sorpresas era el bebé Shuichi, su yo humano.
El corazón del zorro comenzó a galopar con fuerza, porque presentía quién era la persona que venía hacia él a paso lento. La luz lo sacó de dudas, subió completamente revelando el rostro de Shiori Minamino, era ella que venía observando con ternura al bebé que acunaba con amor.
Yoko dio tres pasos hacia atrás, cuando quiso dar un cuarto, simplemente no pudo, se quedó estático debido a la impresión.
Yoko: «esto no puede ser real»
Lo único que le permitió hacer el cuerpo fue agacharse para cubrirse del frío que lo impregnaba. De pronto, escuchó otros pasos acercarse corriendo; cuando el zorro levantó la mirada, vio a Shuichi adolescente de trece años que venía hacia su madre con el brazo derecho extendido hacia el frente. Le gritó desesperado.
Shuichi: ¡Mamá no te vayas, espera, aquí estoy, no te alejes de mí!
Shiori no escuchaba, estaba absorta acariciando a su bebé. Shuichi terminó alcanzándola, pero al tocarla, ella se desvaneció quedando éste en medio del camino con lágrimas en los ojos.
Yoko por su parte, no entendía qué estaba pasando o simplemente no quería darse cuenta. Se levantó del suelo y se quedó observando al chico con perplejidad. Shuichi, secándose las lágrimas, puso su atención en el zorro que estaba frente a él a unos cuantos metros, lo miró como si estuviese viendo al peor de los enemigos, su mirada irradiaba odio y desprecio.
Shuichi impulsivamente salió corriendo hacia Yoko Kurama con los puños cerrados, y mientras se acercaba, iba pasando de niño de trece años, a Shuichi Minamino adulto. Cuando al fin lo alcanzó, lo golpeó en toda la boca del estómago causando ésto el rompimiento de algo en su interior, como si se hubiese hecho una grieta en su alma. El golpe lo dejó sin habla y lo hizo caer al suelo, inerte y con los ojos abiertos.
💀💀💀
El camino hacia el pozo se hizo eterno, como si el tiempo hubiera ralentizado sus pasos. Lu Genkai tuvo que tomar un impulso para poder llegar a su destino.
Al fin cuando estuvo frente a él, dudó en bajar la cara para ver qué había adentro, pero Shuichi niño le tomó la mano como dándole su apoyo para que se atreviera.
Lu puso las manos sobre la orilla del pozo, cerró los ojos y poco a poco fue bajando la cara. Cuando ya lo había hecho se atrevió a mirar, su corazón latió fuertemente al ver que quien estaba en él, era Kurama, ese Kurama lastimado que había llegado a la aldea de la hoja a buscarla, estaba completamente amarrado en posición fetal, con los ojos vendados, pálido y pétreo como un cadáver, parecía que hubiera perecido hacía algún tiempo. Lu Genkai se desesperó y comenzó a pedir ayuda al niño.
Lu: ¡Ayúdame Shuichi! ¡Ayúdame a sacarlo de allí! ¡Pronto, vamos!
El niño solo la miraba con lágrimas en los ojos, no se movió ni un ápice para tratar de ayudarla. Lu Genkai volvió a decirle.
Lu: ¡¿Por qué no me ayudas?! ¿No me digas que piensas que está muerto?
El niño en un abrir y cerrar de ojos desapareció. Lu Genkai no tuvo más remedio que saltar adentro del pozo. Mientras caía, iba gritando desesperada el nombre de su amor.
Lu: ¡Kuramaaaaaa!
Cayó sobre él y todo se volvió oscuro.
💀💀💀
Mientras tanto en el templo, a los oídos de Yoko Kurama llegó el grito de angustia de Lu Genkai, lo escuchó claramente como si hubiese gritado en su oído, fue tan desgarrador, que lo hizo despertar gritando su nombre.
Yoko: ¡Lu Genkai!
Se sentó en la cama y se agarró la cabeza porque estaba sintiendo un fuerte dolor como el que había sufrido en horas de la tarde a causa de su descontrol mental.
Por su parte en la residencia, Lu Genkai se había despertado también gritando el nombre de Kurama como lo había hecho en su sueño, estaba sudando frío y con miles de escalofríos recorriendo su piel. Se sentó abrazando sus rodillas.
Lu: ¡No, Shuichi no ha muerto, no lo está, está atrapado y solo quiere salir, quiere liberarse de su parte maligna! Debo buscar la manera, debe encontrar la forma de ayudarlo y de hacer que vuelva.
Por un largo rato se quedó en esa posición rompiéndose la cabeza pensando cómo podría hacer que Kurama regrese.
💔💔💔
Muy avanzada la noche, Lu Genkai se había quedado dormida profundamente, el sueño la había dominado completamente, que no le permitió ni siquiera soñar. Pronto, una brisa fuerte entró por su ventana haciendo que las cortinas se elevaran alto dejando entrar la luz plateada de la luna que iluminó toda la instancia. Sin embargo, eso no fue suficiente para hacerla despertar.
En seguida, una sombra alada se reflejó en su pared, la sombra de alguien que la miraba sigilosamente. Quien estaba allí parado en su ventana, era nada más y nada menos que Yoko Kurama, el zorro terminó de entrar en la habitación y se acercó a la cama. Tenía su mirada fija en ella, su expresión era sombría, pero a la vez desconcertada, como si no estuviera consciente de que estaba allí. En segundos, sintió una punzada molesta en la sien derecha, pestañeó como diez veces seguidas, y luego, se sentó en la cama a seguir contemplando a la chica dormir.
Pasaron los segundos y él seguía absorto observándola, se tomó el atrevimiento de tocarla, acarició su pierna izquierda, luego su estómago, continuó por su brazo izquierdo, hasta tocar sutilmente sus labios, allí se quedó unos segundos hasta poner su mano en su corto cabello para acariciarla. Respiró profundo, y así se quedó contemplándola por una hora entera, pero Lu Genkai no despertó a pesar de todo. Solo pudo comenzar a soñar con ese amor que la había hecho sentir viva, que le había hecho creer que era capaz de hacer todo teniéndolo con ella; lo último que él pudo ver fue una lágrima rodar por su mejilla derecha, eso le causó otra punzada en el mismo sitio, trayendo consigo nuevamente la mirada sombría con la que había estado mirando al principio. Lu Genkai sintió frío y se movió, él, se levantó de la cama, la miró por un instante y luego despareció llevándose con él la luz plateada de la luna.
Fin del capítulo...

ESTÁS LEYENDO
Amor, armadura y espíritu II
Fanfiction¿Qué sucederá cuando el pasado y el presente se encuentren? ¿Qué pasará cuando los tenga a ambos en frente? Una historia basada en los personajes de Yoshihiro Togashi, Masashi Kishimoto y Masami Kurumada.