Amor, armadura y espíritu II

«Tercer ojo»

La furia de Lu Genkai se avivó al ver la imagen de Alzukámir en ese papel, recordó por todo lo que le hizo pasar debido al capricho que tenía por poseer la armadura de Sagitario. Del dibujo solo quedó cenizas pero el fuego que ella tenía por dentro estaba activo. Apretó sus puños fuertemente igual que su mandíbula. Entre dientes exclamó.

Lu: ¡Ese maldito de Alzukámir! ¡Es un maldito gusano! Yo sabía que eran ellos, sabía que estaban detrás de la decisión de las guerreras.

Se levantó y caminó hacia la ventana.

Lu: gracias, Ferio. Ustedes se han arriesgado mucho para decirnos esto y no queremos que sigan más en peligro. Nadie sabrá que has venido hasta acá aparte de los que ya están enterados. Muchas gracias.

Ferio se inclinó haciendo una sutil reverencia.

Ferio: era nuestro deber.

Enseguida tocaron a la puerta y cuando Koenma fue a abrir vio a Tsunade parada en el umbral.

Tsunade: buenas noches. Yo misma me encargaré de llevarlo a su destino.

Ferio: hasta luego guerreros, cuidense.

No duraron un segundo más, la Hokage junto con dos ninjas se lo llevaron.

Koenma: oye Lu... Tus manos.

Enseguida se percató de que sus manos estaban prendidas en llamas, las miró un tanto asombrada.

Lu: está funcionando, ¿verdad?

Aioria: ¿Cómo te sientes?

Lu: no veo la hora en la cual lo tenga frente a frente nuevamente. No saben el odio y el desprecio que siento por él, jamás en la vida pensé sentir esto por nadie pero él se lo ha ganado a pulso. Yo solo deseo terminar mi entrenamiento primeramente.

Hiei: tienes toda la razon. Por cierto, hay algo de lo que me acabo de dar cuenta, si se fijan en el nombre de Ramunatán, es una combinación de letras del planeta de donde es Alzukámir, Mután Naar.

Mu: lo teníamos ahí ante nuestros ojos y no nos dimos cuenta de inmediato.

Lu: yo sí tenía la corazonada de que eran ellos, al principio de que estaban presentes de manera oculta. La intención de Alzukámir de que participáramos en el torneo no fue solamente porque quería que me hiciera más fuerte sino para enfrentarnos a ellos aquí mismo. ¿Cuál será su plan? ¿acaso destruir también a Konoha? Esta aldea no se merece esto.

Koenma: no, por supuesto que no se lo merece porque no tiene nada que ver con nuestros problemas.

Aioria: ¿Qué se puede hacer? ¿Creen que la Hokage tome la decisión de no continuar con el torneo?

Todos se quedaron en silencio pensando en esa posibilidad.

Koenma: déjenme hablar con ella mañana y les diré qué se va a hacer.

En esa noche para muchos fue difícil dormir. Lu Genkai quería salir a tomar fresco pero los chicos se lo impidieron, así que no le quedó más remedio que quedarse en casa en vela.

Lu: no puedo esperar hasta que amanezca.

Lo decía llevándose a la boca el último trago de su cuarta cerveza.

Libeika: ya deja de tomar y vete a descansar, no queremos que despiertes el chakra del borracho, ese no te conviene, yo misma te voy a llevar a la habitación, vamos.

A regañadientes se fue con Libeika. De tanto luchar contra el sueño se pudo quedar dormida a eso de las cuatro de la mañana.

Ya a primera hora Koenma se dirigía hacia su encuentro con Tsunade, quería saber en definitiva qué cartas iban a tomar en el asunto. Les sirvieron café y se pusieron a conversar.