Globos en forma de corazón, rosas por todos lados, parejas besándose en las esquinas, gente cantando, ... Se nota cuando ha llegado la temporada de San Valentín. Nunca he sido gran fan de esta festividad, mayormente porque no tenía con quién celebrarla, pero, este año, todo es diferente junto a Michael. Hoy me ha recogido para ir a comer fuera. Ayer me prometió que me recogería, pero tampoco quería hacerme ilusiones y que luego no viniera en ningún momento. Pero ha cumplido su promesa, me ha recogido justo a tiempo. Poco a poco vamos reconstruyendo lo que habíamos derrumbado. Hemos aprendido unas cuantas cosas, una de ellas, a dejar espacio. Puede ser que yo haya sido un poco empalagosa con Michael y eso lo haya echado para atrás, y lo comprendo. Él está aprendiendo a dejar sus celos un poco de lado, no quiero que cada vez que me vea con un amigo piense que le voy a poner los cuernos con él.
- ¿Y esa sonrisa tonta? -Dice Michael, mientras suelta una mano del volante para ponerla encima de mi mano.
-Estaba pensando en todo lo que podríamos hacer hoy, ya sabes, por San Valentín... -Le guiño un ojo.
-Hoy podemos hacer lo que quieras, tengo todo el día libre. -Me responde, guiñándome también.
-Empecemos por llegar al restaurante, no puedo hacer nada con el estómago vacío. -Me río y le doy un beso en la mejilla.
A pesar del frío, la mano de Michael sobre la mía transmite calor por todo mi cuerpo, y eso me reconforta de una manera inexplicable.
Llegamos al restaurante. Hemos decidido ir a otro que no fuera el de mi padre. Hoy iba a estar lleno de gente y además mis padres irían a comer allí, quería tener intimidad con Michael. Salgo del coche con cuidado de no torcerme los tobillos con mis tacones de aguja. Me aliso el vestido y me coloco bien el abrigo. Michael me mira de arriba abajo.
-Si no paras de hacer eso te volveré a meter en el coche para empañar los cristales.
- ¿Qué se supone que he hecho?
-Colocarte la ropa de forma muy sexi. Es una pena que quieras tenerla tan perfecta cuando no va a durar mucho tiempo puesta. -Se acerca para agarrarme de la cintura y entrar en el restaurante.
Mis mejillas se ponen rojas y Michael se ríe al darse cuenta. Un comentario más y juro que no puedo contenerme de besar esos rosados labios.
Decía que tenía hambre, pero he llegado al segundo plato y ya no puedo más. Michael, sin embargo, come su plato sin esfuerzo. Su cuerpo atlético le pide calorías. Más le vale comer, porque luego va a tener que quemar bastantes calorías... Miro a mi plato, apenada, se ve tan apetecible que me da pena no comérmelo. Haciendo caso omiso a mi estómago lleno, cojo el tenedor y me tomo la pasta en pequeñas cantidades.
-Diría que no te está gustando la comida.
- ¿Por qué? Si está deliciosa. -Digo, forzando una sonrisa.
-No puedes mentirme. -Dice dejando su tenedor en su plato vacío.
-Vale, sí que me gusta, pero es que ya no puedo más. Si como un poco más voy a explotar.
-Pues no comas más, no te obligues. -Le hago caso y dejo los cubiertos otra vez sobre la mesa. Tiene razón, no debería obligarme, pero el postre sí que lo tomo. La tarta de queso en este restaurante está para chuparse los dedos.
Una vez que nos tomamos el postre, Michael se levanta y lo veo ir hacia la barra, no sé para qué. Aprovecho para levantarme e ir al baño.
Miro mi teléfono, que lo he dejado en silencio durante toda la comida. Hay varios mensajes de Janeth y unas cuantas notificaciones de Snapchat. Al parecer, Alex va a dar una fiesta en su casa con temática de San Valentín. Todos los años dice que la va a hacer, pero nunca acaba haciéndola. Este año parece que sí va a ser posible. Le escribo impaciente por saber los detalles.
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𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫
Tajemnica / Thriller[COMPLETA Y EN PROCESO DE SEGUNDO LIBRO] El amor es ese sentimiento que nos obliga a hacer cualquier cosa por tal de mantener a alguien en nuestras vidas, puede ser el peor enemigo o el mejor aliado del ser humano. En el caso de Lotty es un poco se...