𝑽𝒊𝒆𝒓𝒏𝒆𝒔, 8 𝒅𝒆 𝒆𝒏𝒆𝒓𝒐

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Espero impaciente sentada en el parque de las mariposas. Michael ha concluido en que necesitamos hablar, y en breves momentos estará aquí. Tengo claro lo que quiero. Lo quiero a él, enteramente a él. Su corazón complementa al mío y eso es lo que lo hace tan especial. No dejaré que un mal pensamiento mío destruya lo que hemos construido.

Se ve un poco entristecido, a él también le duele estar así. Me levanto del césped en cuanto lo tengo delante. Nuestras miradas dicen mucho, no hacen falta las palabras. Va a empezar a hablar cuando lo detengo dándole un abrazo. No podía aguantar más sin tocarlo, sin sentir su corazón bombeando en mi pecho. Lo necesitaba. Él me abraza con la misma fuerza que yo lo hago. Mi corazón se enternece. Me amonesto a mí misma por la forma de pensar que he tenido. Mis lágrimas caen por su hombro. Me aparta para mirarme y aparta las lágrimas de mis mejillas con sus manos. Su tacto hace que vuelva a sentir como en casa. Hacía días que no me tocaba con tal dulzura.

-Lo siento, me he comportado como un idiota.

-Yo también-

-No, déjame terminar. -Posa sus manos en mis hombros, acariciando mi cuello con sus pulgares. -Sé que has estado molesta, pero ahora te voy a contar por qué he estado así. -Los dos nos sentamos en el césped, vigilando que no haya nadie por alrededor.

-Mike, sea lo que sea, quiero que sepas que puedes confiar en mí, estoy aquí para ti.

-Lo sé... Es por mi padre. Se va a casar. -Lo veo respirar hondo. -Ha formado otra familia, ninguno en casa lo sabíamos. Mi madre al menos se merecía saberlo. El muy capullo quería invitarnos a la boda, y llevaba meses sin vernos o hablarnos.

-Ven aquí. -Hago que pare de hablar, no quiero que sufra contándomelo. Lo rodeo con mis brazos y hunde su cara en mi cuello. Me sorprende lo maduro que está siendo. No llora, solo me abraza fuertemente. Me reconforta que mis brazos le den paz interior. -Haz lo que mejor veas, si no quieres ir, pues no vayas, estás en tu derecho.

-Debería habértelo contado antes de que te enfadaras.

-Yo tampoco debería haberme enfadado, simplemente tendría que haber esperado.

-No, el error ha sido mío, preferí no decirlo y comportarme como si no me importaras. Lo siento de verdad, no quiero perderte.

-Está bien, estamos bien. Pero enserio, confía en mí. -Le doy mi mejor sonrisa. Le veo calmarse, le ha venido bien soltarlo todo.

Respiro hondo antes de contarle lo sucedido con Logan. Necesito que confíe en mí y le tengo que contar esto. Estoy tan nerviosa que me sudan las manos, no sé cómo lo va a recibir. Presiento que voy a estropear la situación, que ahora va a ser cuando no va a confiar en mí. Respiro hondo una vez más y lo miro fijamente.

-Mike... Yo también te tenía que decir algo. Quiero que seas comprensible. -Él traga grueso, ya se espera algo malo. "Venga, Lotty, suéltalo". -Logan y yo... Puede que nos besáramos un par de veces.

Michael se mantiene callado. No consigo descifrar lo que está pensando, su cara no muestra sentimiento alguno. El agobio comienza a hacer que tenga dolor de cabeza. Sé que este tema puede estropear la confianza que estamos intentando sostener, pero no podría estar al lado de Michael sin que este tema me incomodase. No dice ni mueve nada, para mí que se ha quedado catatónico.

-Michael, di algo, me vas a matar con tu silencio.

- ¿Cuántas veces? -Ahora me mira serio.

-Solo dos, lo juro. Fue en momentos en los que nos sentíamos muy cercanos. Pero Michael, debes saber que esto no ha significado nada para ninguno de los dos. -Solo me mira con incertidumbre. Me siento tan culpable.

𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora