Hoy se emite el juicio de Michael.
No he salido de casa ninguno de estos días atrás, mis padres me lo han prohibido y han colocado a Chris delante de la entrada para evitar que salga. De todas formas, tampoco tenía ganas de salir y que los reporteros me atacasen con sus preguntas.
He intentado volver a contactar con Mason Miller, pero siempre me salta el contestador de voz. Puede que ya haya visto a Logan, o que esté planeando cómo sacar a Michael de comisaría, no me fio ni un pelo de sus palabras, no después de todo lo que Logan me ha contado sobre él.
Me pongo un conjunto formal y espero a mis padres en el garaje.
- ¿Estás bien? -Me pregunta Gilma dulcemente.
-Sí, solo un poco aturdida.
-Siento que tengas que pasar por esto, Michael se veía un buen tío...
-Ya... Supongo que las apariencias siempre engañan.
Mis padres entran al coche después que nosotras. Otro coche con nuestros guardaespaldas nos acompaña. Mi padre ha llamado a algunas autoridades para que los paparazzi dejaran paso a los coches para salir, pero no parecen darse por vencido y se acercan demasiado al coche. A este paso no vamos a llegar nunca al juzgado.
Cuando llegamos veo a mis amigos con sus familias. Me siento delante del todo junto a mis padres. Michael está en una de las mesas en frente del tribunal, junto a su abogada.
Se gira hacia mí y se me queda mirando durante unos segundos. Su mirada a producido escalofríos por todo mi cuerpo.
El juez aparece y todos nos levantamos. Me empiezo a encontrar algo mal de repente, pero doy un sorbo a mi botella de agua y vuelvo a sentarme antes de que pueda marearme.
Después de que el juez ponga en situación a los presentes y aclare las pruebas en contra de Michael, llama al agente Beckett para que presente las pruebas. Se supone que aquí tengo que hablar yo, no tanto, solo tengo que explicar lo que me ha pasado y que el agente Beckett relacione todo lo que diga con las pruebas encontradas.
En cuanto entra a la sala, me levanto y voy hacia al estrado. Mis ojos no pueden apartarse de Michael. Me retuerce por dentro verlo tan tranquilo, tan sereno, como si fuera a salir impune de esta. Aclaro mi garganta y empiezo a explicar los hechos. Entre los presentes puedo notar miradas de tristeza, enfado, compasión... Pero me centro en una mirada en especial, la mirada de Hannah.
Está sentada al fondo de la sala, con unas facciones apáticas. No tengo ni idea de lo que puede estar planeando, pero de seguro no es confesar.
El juez me da las gracias y me indica que vuelva a mi sitio. Veo a Janeth sentada detrás de mis padres dedicándome una sonrisa.
La abogada de Michael protesta y da paso a sus argumentos.
-Mi acusado esa noche no estaba en sus mejores capacidades mentales, se encontraba bajo los efectos del alcohol, y no hay una ciencia cierta que diga que esos efectos te hacen confesar algo.
-Pero según el audio mostrado, Michael confiesa haberla atropellado.
-Como ya he dicho, se confundió con sus palabras, el alcohol obviamente no dejó su mente clara, no es una prueba acusatoria.
-Que pase el agente con la siguiente prueba.
El agente Beckett vuelve a entrar en la sala, esta vez con una de las mejores pruebas, la matrícula.
-Esta matrícula pertenece al coche de Josh Griffin, quien se lo regaló a Michael, ese coche fue encontrado a las afueras de la ciudad, y casualmente esta matrícula apareció en el lago cerca de donde estaba el coche.
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𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫
Mistério / Suspense[COMPLETA Y EN PROCESO DE SEGUNDO LIBRO] El amor es ese sentimiento que nos obliga a hacer cualquier cosa por tal de mantener a alguien en nuestras vidas, puede ser el peor enemigo o el mejor aliado del ser humano. En el caso de Lotty es un poco se...