𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫

𝑺á𝒃𝒂𝒅𝒐, 8 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒚𝒐

No he podido pegar ojo en toda la noche, no después del mensaje del misterioso número privado. Logan ha intentado quitarle importancia, pero me sigue rallando.

En la fotografía se veía a Michael en la puerta de su casa con Hannah, besándose. Sé que no debería importarme, pero me hace reflexionar sobre la razón por la que alguien querría mandarme esta foto por anónimo. Pensé que tal vez no era la primera vez que se veían... ¿Y si ya ha ocurrido y ha sido cuando todavía estábamos juntos? No quiero ni pensarlo, aunque yo no me puedo tachar de santa precisamente.

Logan y yo nos vestimos rápidamente y bajamos a tomar el desayuno con los demás. Todos están sentados en la mesa y con el desayuno ya servido.

-Buenos días, chicos.

Nos sentamos y nos servimos zumo natural.

-Anoche me llegó un mensaje un tanto extraño. -Digo, con voz misteriosa.

- ¿A qué te refieres? -Saco mi teléfono y enseño la foto a Janeth. -Esos son...

-Joder, son Michael y Hannah. -Alex termina su frase. - ¿Quién te la ha enviado?

-Alguien anónimo. Lo extraño de esto es que no sé en qué momento han decidido verse. Hace unos días todavía tenía esperanzas de volver conmigo.

-Tal vez no estaba tan enamorado como te hacía ver. -Dice Logan, mirándome de reojo.

-Esto es rarísimo.

-Si lo piensas, Lotty, no es tan raro. En los entrenamientos de animadoras venía Michael y hablaba con ella, ella estaba siempre coqueteando con él. Michael ha aprovechado que ya no estáis juntos y Hannah ha aprovechado para lo que llevaba tiempo queriendo. -Miro a Leyna con el ceño fruncido.

-Tienes razón, pero me gustaría saber cuánto tiempo llevan así exactamente.

Nadie dice nada, parece que todos son conscientes de lo que quiero averiguar. No soy una exnovia tóxica ni nada de eso, pero, si he tenido cuernos, me gustaría saberlo.

Logan nos ha avisado de que nos diéramos prisa en arreglarnos formalmente. Vamos a ir a comer a un restaurante de mucho prestigio en toda la capital. Alguien llama a la puerta de la habitación y voy a ver quién es.

-Hola. -Hiram se presenta con la cabeza baja. - ¿Puedo pasar?

Le hago paso sin decir nada. Asiente y entra revolviendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

-Venía a pedirte perdón por mi comportamiento ayer. No pretendía que ahora el ambiente estuviera tenso y eso.

-No digas nada más. Logan está en la ducha, y si sale y te escucha puede malinterpretarlo. Anoche bebimos, ya está, no hay problema.

- ¿Por qué lo sigues negando? Está claro que hay un problema.

-Ya te dije lo que pensaba al respecto de todo esto, no tengo más que decir. Agradezco que sientas eso hacia mí, pero no quiero hacerte daño por no ser correspondido.

-Por ahora. -Una sonrisa de lado decora su cara carismática.

-Hiram, ¿qué pasa? -Logan sale del baño con una toalla atada a su cadera.

Todavía hay gotas de agua corriendo por sus pectorales y su pelo mojado casi le tapa la cara.

-Nada, solo venía a avisar de que la limusina vendrá en nada, hay que estar listos.

-Genial.

Los dos se quedan mirando unos segundos, hasta que Hiram coge la puerta y se va.

-Ese vestido te queda como anillo al dedo. -Dice Logan, analizando mi atuendo.