𝑺á𝒃𝒂𝒅𝒐, 6 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒛𝒐

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Espero a Michael impaciente, llega diez minutos tarde. Lo veo venir con un pedazo de ramo de azucenas rosas, mis favoritas.

-Siento llegar tarde. -Me da un beso y un abrazo. -Y esto es para ti. -Coge el ramo con las dos manos y me lo extiende.

-Con un ramo de mis flores favoritas no vas a ganar nada... Aunque un beso te has ganado. -Me levanto del banco y le doy un beso dulce.

-Ya sé que no soluciono nada así, quiero pedirte perdón. Sé que no te llevas bien con Hannah, pero últimamente yo sí me estoy llevando bien con ella.

-Pero Michael-

-Espera, déjame terminar. Todas las tonterías que hace conmigo no son más que tonterías, es mi amiga y solo eso. Por mucho que te lleves mal con ella, respeta que a mí me pueda caer bien.

-Pero, ¿por qué? Si es una víbora.

-Lotty...

-Es la verdad, no soy la única en decirlo. Me ha hecho la vida imposible siempre que ha podido, te puede caer bien y todo lo que tú quieras, pero eso es porque no la conoces bien. Me sé todos sus juegos y sus formas de hacer daño. Ahora se está acercando a ti para alejarme a mí. Solo te pido que seas consciente.

Se queda callado mirando al suelo. No entiendo por qué le puede caer bien, le he explicado mil y una veces cómo es conmigo. ¿Es que no le importa cómo me trate? 

- ¿Y qué quieres que haga? ¿Dejar de hablar con ella?

-Quiero que no te comportes con ella como si yo no fuera tu novia.

-Y no lo hago.

-Te quedaste con ella a solas en Angelo's. -Lo veo tragar grueso.

-No me quedé con ella, me fui después que tú.

-Michael, por favor, no mientas. Janeth me dijo que fuiste el único que se quedó con ella.

-Vale, sí. -Lo dice frustrado.

- ¿Y por qué mientes?

-Porque no quiero que te enfades más.

Respiro hondo. -Michael, ya te he dicho lo que quiero. No le sigas el juego, no está actuando para ser tu amiga.

Me coge de las manos y les da un beso mientras me mira apenado. Tal vez él no lleve malas intenciones con Hannah, pero ella con él sí. La voy a estar vigilando muy de cerca.

-Quería pedirte una cosa. -Se sienta bien y se prepara para hablar. -¿Vas a acompañarme a la boda de mi madre?

Sonrío a pesar de estar un poco enfadada. -Sabes que sí. -Sonríe y me da un gran beso en la frente.

-Deberías hablar con mi madre, creo que quería que fueras una de sus damas de honor.

- ¿Yo? ¡Me encantaría!


Después de estar un rato juntos, mi madre me llama para avisarme de que va a preparar la comida. Nos hemos despedido y me he marchado a casa.

-Oye, mamá. -Paro de comer y miro a mi madre. - ¿Sabías que la madre de Michael quiere que sea una de sus damas de honor?

- ¡No me digas! Es perfecto, serás dama de honor en la boda del alcalde.

-No lo digo por eso. -Pongo los ojos en blanco.

-Ya sé que no lo dices por eso. Pero deberías alegrarte. -Ignoro a mi madre y sigo comiendo.

Después de comer he quedado con Janeth para que me acompañara a la autoescuela. Necesito urgentemente sacarme el carnet. Todos mis amigos tienen ya la licencia para conducir, yo soy la única que queda, no puedo cumplir los dieciocho sin carnet de conducir.

𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora