La cabeza me da vueltas y escondo mi cara en la almohada cuando escucho la alarma de las siete de la mañana. Reúno todas mis fuerzas y me levanto. Ya me han llegado varios mensajes de Hiram avisándome de que tengo que estar a las nueve en el vestíbulo.
Cojo una toalla y voy hacia la ducha. Me aterrorizo al ver mi aspecto demacrado ante el espejo , el maquillaje se ha corrido y tengo el pelo hecho un desastre. Me quito la ropa y pongo el agua templada.
No sé cómo llegué a dormirme anoche, solo me acuerdo de que Hiram hizo una pequeña declaración, que Michael se lo estaba pasando en bomba con Hannah y que Logan respondió a mi historia sobresaltado. No llegué a contestarle, estaba demasiado cansada y borracha como pararme a pensar en una respuesta.
El remojón me está ayudando a recordar todo lo que pasó ayer. ¿Cómo voy a mirar a los ojos a Hiram después de ayer? Es una pena que le mole, yo realmente no siento nada especial por él, es un buen amigo y tal, pero creo que solo llegaríamos a eso.
Salgo de la ducha y respiro hondo. Hago varios ejercicios de respiración y me exfolio la piel. Como era de esperar, las dos mismas chicas de ayer están preparando mi ropa. Una de ellas me mira y sonríe.
-Buenos días, Charlotte.
-Buenos días...
-Yo soy Flor y ella Thalía. -Su compañera me saluda con una sonrisa.
-Buenos días a las dos. Estoy empezando a preguntarme por qué me he traído ropa si siempre lo tenéis todo preparado. -Se ríen. Me acerco al tocador y me siento.
-Su madre estaba totalmente interesada en que no la dejáramos prepararse sola. -Thalía recoge mi cabello y empieza a maquillarme.
-Cómo no, mi madre, la controladora. -Ellas no dicen nada, solo hacen su trabajo.
Thalía termina de maquillarme y Flor me da un conjunto de blusa blanca y unos pantalones de traje verde oscuro.
Me despido de las dos y cojo mis cosas para bajar de inmediato al vestíbulo. He llegado con un cuarto de hora de adelanto. Espero sentada en uno de los sofás de la entrada, leyendo los artículos respecto a la inauguración de ayer. Unos minutos más tarde aparece Hiram por el pasillo del vestíbulo prestando atención a su teléfono.
-Hiram, hola. -Levanta la vista y me sonríe al verme.
-Buenos días, ¿cómo te sientes?
-Un poco mejor, pero esta mañana era mortal. -Los dos nos reímos y nos dirigimos al comedor del hotel.
Nos sentamos en una mesa y pedimos el desayuno, hacemos tiempo hasta que lleguen los entrevistadores a las once.
-Vamos a desayunar muy tarde. -Dice Hiram con tono de queja.
-Sea tarde o temprano, pienso hincharme a tortitas. -Cojo dos tortitas a la vez con el tenedor y les doy un buen bocado.
Me siento un poco incómoda, aunque intente aparentar lo contrario. A Hiram también se le nota algo de incomodidad, pero no decimos nada, nos limitamos a terminar el desayuno. Me dispongo a romper el hielo cuando Hiram abre la boca para hablar.
-Habla tú. -Dice, quitándose la importancia.
-No, no, prefiero que hables tú primero.
-Vale... Quería decirte que no te preocupes por lo de anoche, estaba bebido y no contralaba muy bien mis actos, te pido perdón por mi atrevimiento.
-Hiram, no hace falta que te pongas así. Los dos bebimos, sí, y estábamos haciendo el tonto, no me lo he tomado a pecho, tranquilo. Pero... ¿te molo? -Le pregunto de forma bromista. Hiram baja la cabeza y se ríe.
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫
Tajemnica / Thriller[COMPLETA Y EN PROCESO DE SEGUNDO LIBRO] El amor es ese sentimiento que nos obliga a hacer cualquier cosa por tal de mantener a alguien en nuestras vidas, puede ser el peor enemigo o el mejor aliado del ser humano. En el caso de Lotty es un poco se...