𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫

𝑺á𝒃𝒂𝒅𝒐, 17 𝒅𝒆 𝒋𝒖𝒍𝒊𝒐

Ha pasado más de una semana desde el juicio. Todo el mundo parece haber vuelto a sus vidas normales, sin embargo, yo sigo anclada al miércoles pasado, sigo sin aceptar la realidad de los hechos.

Sigo pensando que estoy en una pesadilla, que Daryl no ha muerto, que Michael no tiene culpa de nada... y que voy a separarme de Logan el lunes.

Le llamaron del ejército, le dijeron que le enviarían un billete de avión hasta Washington, y que allí se quedaría.

Todavía no estoy preparada para despedirme de él, no después de todo lo que he tenido que luchar para estar a su lado.

-Lotty, estamos todos esperándote. -Dexter me saca de mis pensamientos.

Me había quedado mirando una foto mía y de Logan, un selfie que nos hicimos el día que nos vestimos de gatitos para la prueba de natación.

-Ya, perdón, estaba decidiéndome qué bolso coger.

Torpemente, voy hacia el vestidor y me quedo mirando los bolsos. Mi cabeza se pierde, piensa mil cosas a la vez.

-Lotty...

Dexter termina de entrar a mi habitación y viene hasta mí. Mi cuerpo se relaja cuando siento a Dexter abrazarme fuerte. Suspiro bajando mi pecho, suelto todo el aire que puede.

-Oye, no pasa nada, no es un adiós para siempre.

-Ya lo sé, pero aun así es una mierda tener que despedirme, no sé cuándo le volveré a ver.

-Ahora no pienses en eso, tenemos toda la noche por delante, ahora disfruta con él el par de días que os quedan, ¿vale? -Pasa su mano por mi mejilla.

Me aparta a un lado para mirar mi atuendo y después mira hacia los bolsos, coge uno de color crema.

-Este te quedaría divino. -Dice con un tono afeminado. No puedo evitar reírme.

Cuando veo a Logan salir de su casa empiezo a sentir una presión en el pecho, siento las mariposas revolotear por todo mi cuerpo y mis tripas cayéndose hasta el fondo. Todo mi cuerpo se tensa en un segundo.

Cuando su mano coge la mía todavía sigo tensa. Él lo nota, porque aprieta mi mano y a la vez me sonríe. Intenta calmarme, pero yo estoy al borde del precipicio.

Todos nos metemos en la larga limusina. Oigo a Janeth gritar al chofer que ponga algo de música animada, oigo a Leyna y Arthur cantar a pulmón abierto, veo a Hiram grabarnos como si de una fiesta se tratase, veo a mi hermano sonreír mientras ve a los demás volverse locos y veo a Alex besando a Kanye sin detenimiento. Pero yo solo presto atención a Logan, quien está sentado a mi lado, con un brazo detrás de mi cabeza y con su mano acariciando mi mejilla.

Este momento se me hace eterno. Logan me mira fijamente a los ojos mientras me acaricia, y yo no puedo sentirme la chica más afortunada del mundo en este momento. Con él lo tengo todo. Y ese todo se va a esfumar en un par de días. Tengo ganas de llorar, muchísimas, pero le prometí a Logan que no me pondría triste, que festejaría con él hasta que saliese el sol, y pienso cumplir mi promesa.

Llegamos al nuevo club en la ciudad. Arthur nos había estado ocultando que el nuevo edificio que se estaba acabando de construir era su nuevo club, uno igual al de Miami. En este club será donde trabajaré con él hasta el final del verano.

Todos bajamos de la limusina muy animados, vamos hacia el interior para poder admirarlo.

-Guau, Arthur, nunca dejas de sorprenderme. -Le digo, orgullosa.