19 "La desaparición" ◇

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Las noches en Crystal Lake City son como muchos se imaginan que son las noches en un bosque, claro, solo que ahora estaban en una ciudad.
El turno de tarde siempre a sido el más pesado para Abigail, ya que entraba en una hora que ella estaba con muy poca mentalidad para trabajar y salía a las 9:30, realmente la gente dejaba de ir a partir de las 8:30, pero tenía que quedarse a cumplir su turno.
Eran las 9:15 y sus ansias por irse a su casa eran cada vez mayores. Estaba atendiendo a la que probablemente sería la última clienta del día —Okay aquí tiene su... Bebida de yogurth con frutos rojos y una dona glaseada —dijo amablemente mientras se la entragaba a una chica rubia.

—Si, gracias —dijo mientras tomaba su pedido y salía de la tienda.
Abigail decidió continuar con la limpieza, la cual aunque su turno haya terminado no se podía ir sin acabarla.

Abrió una aplicación de música para poner canciones y asi no aburrirse mientras limpiaba la cafetería.
Como es de costumbre para ella, comenzó lavando las tazas y platos para después limpiar con un trapo la máquina de café.
Iba de un lado a otro de la tienda, limpiando y limpiando, no podía esperar a que sea el día siguiente.
Trapeaba los pisos así como también con su trapo limpiaba cada una de las mesas.
Del bote de basura saco la bolsa y se dirigio a la parte trasera del local a la cual accedió por la puerta de atrás.
Dejo la basura solo por ahí y volvió a entrar.
Prácticamente ya eran las 10:30, tomo sus cosas de su casillero poniéndose un abrigo debido a que estaba lloviendo un poco, aunque no tanto como hace un rato.
Dejo su delantan en el mismo casillero y salio del local, la chica tenía su propio coche por lo tanto comenzó a dirigirse al estacionamiento a pie.
La calle comercial estaba totalmente y sola y silenciosa, solo se oía el sonido de la fuente, de mosquitos y la lluvia cayendo sobre el pavimento, así como era todo oscuro, solo tenía la iluminación de farolas y la leve luz de la luna.
Caminaba y caminaba, la lluvia no era tan fuerte, pero aún así a la chica le gustaría tener un paraguas, o si quiera que su abrigo tuviera una gorra.
Después de caminar unos minutos, llego al estacionamiento en cual prácticamente estaba solo, estaba su coche y de fondo una farola cuya luz estaba parpadeando, asi como jabia detrás de la farola un árbol.
La chica se dirigio a la cajuela de su coche para dejar ahí su bolso, el cual simplemente avento para después volver a cerrar la cajuela rápidamente antes de que se metiera mucha agua.
Volvió a voltear a la farola pero, esta vez había algo más, en la parte donde daba la luz, había un hombre de estatura alta, solo estaba parado, por lo que notaba la chica, la estaba observando. A la chica se le hizo raro, ya que segun ella ya no debía haber nadie por ahí —¿Hola...? ¿Lo puedo ayudar en algo? —dijo Abigail en voz alta.

No recibió respuesta alguna, solo seguía el hombre al raz de la luz mientras está parpadeaba, hasta que de un momento a otro, se apago por completo, dejando esa parte totalmente oscura. La chica al ver esto se asusto un poco, el ambiente quedó en total silencio. Pocos segundos después volvió prender, pero ya no estaba el hombre.
La chica realmente se asusto con eso, no se oyeron pasos o algo, solo se esfumó. Entonces por encima de ella sintió como algo pasaba, la chica volteo hacia arriba y vio a un pájaro carpintero de color café claro. El cual voló y se posiciono en el árbol de detrás de la farola. La chica no le tomó mucha importancia, por lo tanto empezó a caminar a paso lento a su coche.

El carpintero comenzó a hacer lo que hacen los pájaros de su especie, pero era un ruido diferente, estaba golpeando metal.
La chica la cual aun no subía a su coche  no tardo en darse cuenta que se trataba de una caja de electricidad. La chica comenzó a gritar para llamar la atención del pájaro y asi asustarlo, pero no recibió respuesta tampoco.
Entonces la luz de la farola se apago, se oian los golpes a la caja de luz, hasta que se oyo electricidad haciendo un chispazo, también empezaron a salir  chispas naranjas iluminando la zona para ver como el pájaro caía debajo de la farola justo en la parte donde había luz, la cual comenzo a parpadear de nuevo.
Abigail enfocaba más y más su mirada hasta ver al pajaro totalmente estático con el picó y un ojo quemado por la electricidad, la cual aun seguía haciendo reacción en el cuerpo del pobre pájaro aún temblando.
La chica quedó aterrorizada, comenzó a hacer sonidos de miedo y corrio a la puerta de su coche, la cual abrió, se subio y encendió el coche para después irse a toda velocidad del lugar.
Otra víctima del aviso que les estaba dando el hombre para que se fueran de ahí.

Crystal Lake CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora