8.- Otra vez

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Logan

Estoy consciente de lo que todo el mundo piensa de mí.

Un egoísta, ególatra, que hace cosas solo por joder a la gente. Esas son unas de las muchas definiciones que cualquier persona da cuando le preguntan sobre Logan Jones.

Y esa es la fachada que quiero dar. Incluso, pienso que esas definiciones van correctamente con mi personalidad; soy ególatra, egoísta y hago cosas para joder a la gente solo porque me parece divertido o porque estoy aburrido. Soy un idiota, un imbécil con las personas fuera de mi familia. Me gusta el caos y el drama. Yo soy así y estoy completamente bien con eso.

O al menos eso creo, a excepción de cuando estoy con Dove.

Y no sé cómo sentirme sobre eso, pero la sensación de calidez que siento en mi pecho es demasiado agradable como para dejarlo pasar.

Mientras la veo beber de su smoothie de mora azul, recuerdo el por qué Dove siempre me ha gustado tanto, solo que ahora no me siento asustado por eso. A diferencia de los años anteriores, quiero que Dove me guste y yo quiero gustarle.

Y el no estar asustado por eso, me hace recordar toda nuestra historia juntos.

Fue la primera persona en mi vida que no me calificó como un imbécil, que me escuchaba como si fuera lo más fantástico en este mundo. Dove Garden vio mucho más allá de la fachada de niño rico que quise dar durante toda mi vida. Ella pudo atravesar cada una de mis capas hasta encontrarme, hasta encontrar a la persona que soy en realidad. Eso me asustaba vergonzosamente desde que la conocí. No quería que ella me conociera en verdad. No quería sentirme tan a gusto como me sentía cuando estaba con ella. No quería sentir nada de lo que sentía.

Y cuando mi familia se enteró de su existencia, se me hizo más fácil buscar un motivo para deshacerme de ella.

Pensé que al ser desagradable con ella y alejarla, me haría olvidarla. Que al rechazarla, al coger con tantas chicas como podía, al tener una hija y básicamente restregárselo en su cara, borraría todo lo que había entre nosotros. Ahora, no puedo dejar de pensar en ella. En lo que pasó anoche y lo mucho que disfruté. En lo que sentí. Se sintió tan diferente.

¿Por qué esperé tanto tiempo para estar con ella? ¿Por qué me asusté tanto la primera vez que me pidió tomar su virginidad?

¿Por qué temía tanto sobre lo que pudiera pasar entre nosotros después de eso?

Si haber tenido sexo con Dove fue tan... fantástico.

Jodidamente increíble.

No sé si ella me hechizó, pero fue el mejor sexo de mi vida y estoy seguro que, a partir de ahora, solo querré hacerlo con ella.

Estamos sentados en la misma mesa, dentro de esa cafetería a la que le gustaba ir cuando iba al instituto y aún vivía en Salem. Su brazo se roza con el mío un par de veces y tengo que apretar la mandíbula para poder controlarme y no tomar su mano.

Aún me sorprende lo bonita que me parece. Su cabello rizado está amarrado en una coleta, dejando ver su lindo rostro. Sus facciones son espectaculares, pero sus ojos son mi parte favorita. Ojos brillantes azul zafiro, con largas, espesas y rizadas pestañas. Su mirada es increíble, solo un vistazo de ella y podrías quedar petrificado.

Leah se encuentra jugando en la zona infantil con una instructora que la impulsa a pasar por debajo de un pequeño túnel. Los ojos de Dove están sobre Leah y el hecho de que esté cuidando con la mirada a mi hija, hace que mi encanto por ella crezca aún más.

—No me mires así, Logan.

Su voz me saca de mis pensamientos y parpadeo un par de veces. Sus ojos no se fijan en mí aún, están sobre Leah y sonríe cuando mi hija logra salir del túnel con una sonrisa.

Mi Mejor Problema (AD #3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora