34.- Pared azul

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Logan

Son las siete de la mañana de un martes y aparco el coche fuera de un edificio alto, donde Dove está practicando para el festival, que se llevará a cabo este sábado. Me causa gracia como Dove se coloca unas gafas de sol y una gorra, al igual como está vestida toda de negro. No sé si intenta camuflarse, pero con ese estilo llama aún más la atención.

Le haría un comentario picante por su ropa floja, pero no lo hago, ya que Leah está sentada en el asiento trasero, comiendo una galleta de avena que Dove le entregó antes de salir de casa. Mi hija durmió todo el camino al igual que Dove. Ambas no son muy madrugadoras que digamos.

Estiro una mano y le retiro las gafas a Dove para ver sus ojos y ella me sonríe.

—¿Llevarás a Leah a la guardería?

—Sí, Jolie la buscará después y Jess dijo que tendrían una tarde de chicas.

—Se escucha algo divertido —mira detrás de ella, hacia Leah y me mira de regreso—. ¿Quieres hacer algo después?

—¿Algo como qué?

Sus mejillas se sonrojan y eso me hace sonreír.

—Ah, eso —murmuro.

—No... no solo eso... es decir, siempre terminamos haciendo eso, pero...

—Quieres ir a una cita primero —termino por ella y ella asiente, con las mejillas sonrojadas y luciendo avergonzada—. Dove, ni siquiera tienes que pedirlo. Iba a venir a buscarte, de todos modos.

—Sí, pero quería que... ya sabes, quería invitarte yo.

—Pues hazlo otra vez. Invítame.

—¿Qué?

—Si me querías invitar, solo hazlo, sabes que diré que sí.

Una pequeña sonrisa se forma en sus labios antes de acomodarse en su asiento para mirarme fijamente. Toma mi mano que estaba sobre mi pierna.

—¿Quieres salir esta noche conmigo?

No voy a mentir, mi corazón da un vuelco y mariposas empiezan a revolotear en mi estómago.

Sin embargo, sonrío y asiento.

—Sí, ¿ves que era algo sencillo?

Ella ríe y es el mejor sonido del mundo.

—Eres un tonto.

—Sí, pero soy tu tonto.

Dove me mira sorprendida por mis palabras y mi sonrisa se borra poco a poco, mi corazón late muy rápido. Nunca le he dicho algo tan cursi como eso... ¿le gusta lo cursi? ¿he sido demasiado empalagoso? ¿he ido demasiado lejos? Llevamos saliendo oficialmente solo un par de semanas y no solemos ser tan románticos, son muy pocas veces que somos así y... yo tampoco soy del tipo romántico y ella lo sabe, es solo que...

—Yo... —empiezo, aunque no puedo encontrar las palabras.

Mi novia al parecer a salido de su estado de shock y sonríe. Su sonrisa calma mi corazón.

—Sí, eres mi tonto —se lleva mi mano a sus labios, dejándome un pequeño beso.

Sonrío, sintiendo calor en mis mejillas, cosa que espero que la barba de un día ayude a disimular. Mi corazón late demasiado rápido y ella solo se reincorpora en su asiento, sonriéndome y dándome el espacio que sabe que necesito.

Joder, realmente amo a esta mujer.

Pasan solo dos minutos antes de que los latidos de mi corazón empiecen a ralentizarse. Tomo su mano otra vez.

Mi Mejor Problema (AD #3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora