22.- Sentimientos

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Logan

—Te amo...

Mi mano se congela en el aire al escuchar esas dos palabras salir de su boca mientras acariciaba su cabello. El aire abandona mis pulmones, como si me hubieran dado un golpe en el estómago. Siento a todo mi cuerpo flaquear y como un escalofrío me sacude ligeramente. Incluso un jadeo sale de mi boca, pero no puedo emitir ningún sonido porque sé que he entrado a un estado de shock.

Estaba a punto de dormir, pero esas palabras me han despertado por completo y ahora el sueño ha pasado a estar olvidado.

Miro a Dove con los ojos muy abiertos, esperando que se ría, que diga que era una broma, que estaba intentando ver mi reacción, que no lo decía enserio, pero Dove no lo hace. Suaves e imperceptibles ronquidos salen de sus labios entreabiertos, indicándome que ya se ha dormido.

Siento el pánico recorrerme todo el cuerpo, el frío me envuelve, el shock no me permite moverme. Ya no siento su calor. Dove me abraza dormida y siento como si estuviera apresado, necesito respirar, pero una parte de mí no me permite alejarla, no me permite alejarme. Así que me quedo allí, en estado de shock.

Esas palabras ya las había escuchado de otras bocas. Con cada chica que he salido, esas palabras han sido dirigidas a mí por lo menos una vez. Cada chica con la que he dormido, me ha dicho que me amaba.

La primera vez que me lo dijeron, yo tenía ocho años y la sobrina de la maestra del campamento de verano al que iba, me lo dijo en una tierna cita que había preparado. Por supuesto yo no sabía que era una cita. Simplemente pensé que me invitó a comer galletas porque nos llevábamos muy bien.

Después de ella, fue el turno de mi primera novia a los doce, se llamaba Carlie y solo nos besamos una vez. Pero Charlie fue el verdadero detonante de un sinnúmero de chicas que lo dijeron.

No recuerdo la cantidad de chicas que me han declarado su amor. Tal vez lo hicieron por sexo o porque saben cual es el peso de mi familia y quisieran asegurar su futuro, pero a pesar de que me decían que me amaban, jamás me sentí amado. No lo demostraban y a mí no me importaba que lo demuestren.

Dove podría ser una más en esa lista, al final, ella me dijo que me amaba justo después de tener sexo, pero hay algo muy diferente en esto, algo que no me permite ni siquiera contemplar el hecho de añadirla a esa lista, porque ella vale mas que un simple número.

No se siente como las veces anteriores. No se siente como si solo me lo dijera para asegurar su futuro, o porque el sexo fue tan bueno que no supo qué decir después y pensó que eso era lo que yo quería escuchar.

No.

Sé siente como si en verdad lo sintiera.

Y yo... yo siento como si ella en verdad me quisiera.

Oh, joder.

¿Qué mierda se supone que haga con eso?

Siento que mi corazón va a mil kilómetros por hora, todo mi cuerpo está sudando frío. La miro otra vez y ella duerme plácidamente. Un mechón de su cabello cubre su rostro y, cuando me doy cuenta, he levantado mi mano por impulso y he colocado el mechón detrás de su oreja. Encojo mi mano y la obligo a mantenerse sobre mi abdomen.

Mierda. Mierda. Mierda...

No sé qué hacer.

«Ya sólo admítelo, nos ahorrarás un dolor de cabeza a ambos», dice esa parte molesta de mi subconsciente.

Tengo que ir con mi terapeuta, tal vez eso de tener una parte perra dentro de mi cabeza no sea normal.

Necesito respirar, apartarme. He dejado de sentir frío porque ahora siento un calor abrazador. Me quema, necesito aire.

Mi Mejor Problema (AD #3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora