Mi Mejor Problema (AD #3)

67.- El Indicado

Dove

Cuando empezó este verano, quería creer que estaba enamorada de la idea del amor para así ignorar mis sentimientos por Logan y poder sobrevivir.

No sobreviví y tampoco estuve enamorada de la idea del amor. Estaba enamorada de Logan Jones. Antes, ahora y siempre. Pero, así como estaba enamorada de él, dejé de amarme lo suficiente como para dejar que me destruyera por completo. Dejé que me consumiera, pero al mismo tiempo, es quien me trae de vuelta a la vida.

No he olvidado lo que pasó hace meses atrás cuando él me despreció. Siempre el recuerdo llega a mí y mi corazón duele, a pesar de que él se esfuerza cada día para que lo olvide. Se comporta como siempre quise que lo haga, dice las cosas que siempre quise escuchar y he estado bien con eso durante estas semanas... hasta ahora.

No mentí cuando dije que lo perdonaba y que estaba empezando a olvidar, sin embargo, el recuerdo volvió a mí cuando mencionó poner un anillo en mi dedo hace tan solo un momento. Recordé cada palabra que me dijo, cada mal trato que tuvo conmigo, cada inseguridad se hizo presente porque intenté creer sus palabras, intenté imaginar como hubiera sido si él jamás hubiera sido tan cruel como lo fue ese día y yo...

Ya no quiero eso.

Vine el día de hoy porque quería pasar mi cumpleaños con él y con Leah, sin pensármelo dos veces en las consecuencias que tendría. Amo a mi hija y no me arrepiento de haber venido a pasar el día con ella y con el hombre que tanto adoro, pero después de escucharlo decir que me hubiera propuesto matrimonio al final del verano... me arrepentí inmediatamente de haber venido.

Pensé en todo lo que dejé para estar este día aquí; tenía una fiesta de año nuevo importante, con gente importante, algo que pudo haber impulsado mi carrera, una carrera que Logan no entiende.

Si hubiera escuchado esas palabras salir de su boca hace unos meses, yo misma me hubiera arrodillado y le hubiera suplicado casarse conmigo. Sin embargo, ahora conozco mi mundo, lo que me rodea, conozco su lado cruel, su amor y su odio. Me conozco a mí misma y si hay algo que ahora sé ahora es que... no quiero casarme.

Y mientras lo sigo besando, intento no sollozar, pero fracaso. Logan se da cuenta en el cambio de mi cuerpo y me toma de las caderas, apartándome de él. Quiero seguir besándolo, intentando calmar el dolor que siento en mi corazón, pero él se aparta y sus manos suben a mi rostro y hace que lo mire a los ojos.

—¿Qué pasa? —pregunta con voz ronca. Sus ojos grises están oscurecidos por el deseo, pero aun así puedo notar la preocupación en ellos.

—Nada —miento, ni siquiera sé por qué estoy mintiendo—. Solo bésame.

Me inclino hacia él, pero se hace para atrás otra vez. Gruño con frustración e intento de nuevo, pero él se vuelve a apartar.

—Dove... no —murmura con voz tan suave como una caricia en mi piel.

—¿Por qué no? —gruño—. Es mi cumpleaños y quiero hacer el amor contigo.

—No, no quieres. Estas llorando.

Toco mi mejilla y en efecto, encuentro humedad bajando por ellas. Me apartó de Logan, bajándome de su regazo y me siento en el suelo. Sorbo por mi nariz, intentando no seguir llorando, pero mis hombros empiezan a temblar gracias a mis sollozos.

Logan se sienta a mi lado, luciendo preocupado y toma mi mano. Estira su mano libre y coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja. Su tacto me hace sentir cálida, pero también aumenta el dolor en mi corazón.

—¿Qué pasa? —pregunta otra vez, su voz sonando más suave y cálida.

Miro al frente, a las copas de vino sobre la mesa de centro. Los fuegos artificiales fuera de la casa se escuchan fuertemente todavía, anunciando el año nuevo, y ahora me resultan molestos. Cierro los ojos.