Logan, 19 años
Cuando vi a mi madre recibirme en la sala de espera del aeropuerto, mi corazón empezó a latir rápidamente, mis palmas sudaron, sentía la necesidad de correr hacia ella y abrazarla después de casi dos años en los que he estado lejos de casa, pero me contuve completamente. No podía hacer eso, no con lo conocida que era nuestra familia. Debía seguir un protocolo. A pesar de haber sido castigado con ir a mi servicio militar para no tener manchado mi expediente, seguía siendo el heredero que había elegido el abuelo, así que sabía que debía comportarme.
Pero, joder, solo quería abrazar a mi madre.
Al llegar a su altura, mamá solo me sonrió y estiró su ya largo cuello para darme dos besos, uno en cada mejilla. Por la forma en que le temblaban los labios y sus ojos se enrojecieron, supe que se estaba conteniendo en ese momento.
Colocó sus manos sobre mis hombros y no pude evitar sonreír. No había cambiado casi nada en estos últimos años en los que he estado lejos de casa. Su cabello seguía igual de rubio y perfecto, su rostro aún era afilado, solo pude notar que las marcas de expresión eran perceptibles ligeramente a través de su maquillaje, pero después de eso, aun seguía siendo perfecta.
—Mi Logan —murmuró y yo sonreí.
—Hola, mamá —le saludé y ella se inclinó para darme un grato abrazo.
No dijimos nada de camino a casa, no había necesidad de hacerlo. Solo dejamos que Pete —nuestro chófer de confianza—, nos lleve hacia nuestro hogar en la colina. La casa más grande de Salem. La casa a la que los niños temían ver cuando pasaban cerca de ahí. Todos los pueblos tienen una casa que da miedo, la diferencia es que yo vivía ahí y la consideraba mi hogar.
Cuando las rejas de metal se abrieron, no pude evitar sentir emoción. Al fin volví a casa, al fin volví con mamá y mi hermana.
Al fin no corremos peligro.
Pete paró el auto y nos abrió la puerta a mi madre y a mí con elegancia. Le di las gracias con un asentimiento y mi madre tomó mi mano antes de subir las gradas de piedra y abrir la enorme puerta de madera.
Jess a diferencia de mamá, saltó sobre mí apenas me vio y me envolvió en un cómodo abrazo. Pude sentir sus hombros temblando, como estaba sollozando gracias a mi presencia en la casa después de mucho tiempo. Le devolví el abrazo y tragué el nudo en mi garganta.
Al separarse de mí, mi hermana pequeña limpió sus lágrimas.
—Te extrañé, Loggi —murmuró con su voz aguda que he extrañado.
—Yo también, Jess… —me detuve al notar a alguien más en el pasillo.
Jessica se dio cuenta de ello y volteó para mirar a la chica en el pasillo, mirando incomoda la situación. No estaba muy lejos de nosotros, solo a unos cuantos pies de distancia, así que pude verla por primera vez.
Y mierda… era bonita.
Usaba un uniforme escolar que consistía en una falda y una camisa blanca. Su cabello rizado estaba suelto y cubriendo sus hombros. Su piel era marrón y sus ojos del azul más oscuro y profundo que había visto, muy parecido al color de un zafiro.
Y me estaba mirando.
Cuando le devolví la mirada, pude ver que sus mejillas se sonrojaban y en ese momento lo supe.
Supe que eras un problema.
Eras inocente, tu mirada te delató desde la primera vez que nos vimos, así que eras un problema para mí familia jodida, pero sobretodo para mí.
Eras la única persona que logró hacerme sentir algo desde el primer momento en que te vi y no podía permitirlo. No podía permitirme a mí mismo sentir algo por alguien más que no sea nuestra familia.
—Loggi, esta es Dove —murmuró Jess, señalándote—. Y Dobby, este es mi hermano Logan.
Jess se acercó a ti y tomó de tu mano para que te acerques a mí. Me tendiste tu mano con nerviosismo y no pude evitar sonreír a tu inocencia.
—Es un gusto —dijiste con voz aterciopelada.
Jadeaste cuando llevé tu mano a mis labios.
—Dove, el gusto es mío.
Y lo único que tú no sabes hasta ahora es lo mucho que amo meterme en problemas.
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Los tres primeros capítulos estarán disponibles a partir del 31 de agosto
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Mi Mejor Problema (AD #3)
Romance(Serie Amores Destinados, libro 3) Dove y Logan eran tan opuestos como el día y la noche, como el ying y el yang, y al igual que el bien y el mal, funcionan bien juntos. Solo que... eso significa otro problema para ambos.