Mi Mejor Problema (AD #3)

38.- Pasado

Logan

Sabía que tarde o temprano conocería a mi suegro, era algo inevitable sobre todo ahora por lo serio que quiero llevar las cosas con Dove, lo que no sabía era de que el tipo es realmente enorme e intimidante. Nunca había visto al padre de Dove antes, solo a su madre. Dove no se parece en nada a esa señora a excepción de algunas facciones de su rostro, como la forma de sus ojos grandes o su nariz, pero después de ver a su padre, Dove es una copia exacta de él, solo que Marcus Garden tiene el tono de su piel mucho más oscura, Dove es más pequeña que él y...

Y su padre mide más de dos metros.

Apuesto a que pesa doscientos kilos.

Trago saliva.

Jamás pienso romper el corazón de Dove. No de nuevo, no después de ver a su padre: el hombre que realmente podría patearme el culo tan fuerte que me enviaría hasta Japón.

Siempre me he considerado un tipo fuerte. No es por ser egocéntrico, pero siempre me he sentido cómodo con mi altura de uno noventa y mi cuerpo trabajado. Sin embargo, me siento escuálido como un alfiler junto a mi suegro. Me siento tan pequeño y frágil.

No tengo idea como Dove se puede sentar ahí frente a él, con los brazos cruzados sobre su pecho y mirándolo desafiante. Yo estoy cagado de miedo tan solo al estar cerca de ese hombre, sosteniendo a Leah como escudo para no tener que interactúa en esta extraña dinámica familiar.

Alimento a Leah mientras escuchamos a una niña de ocho años cantar. Bob's Church es un lugar bastante interesante, todas las personas de este lugar son bastante alegres y la comida que sirven es deliciosa. No había conocido un ambiente como este donde todos sean amigables y carismáticos, pero me gusta y Leah se está divirtiendo mucho, sobre todo cuando la niña canta una canción de Frozen.

El padre de Dove me mira y yo me llevo la botella de coca-cola a los labios para no tener que decirle nada.

—Esa pequeña y tú son los únicos blancos aquí —dice, seriamente.

Incluso su voz es potente.

Me aclaro la garganta y miro a mi alrededor.

—Sí, eso parece.

—Espero que eso no te haga sentir incómodo.

—Papá —advierte Dove.

—No, ¿por qué me haría sentir incómodo? —respondo y el señor Garden me observa con atención.

—Bueno... el otro lado del lago no es conocido especialmente por ser gentil con las personas de color. Mucho menos la familia Jones.

—Papá, ya cállate —gruñe Dove.

La miro con una pequeña sonrisa para decirle que todo está bien, a pesar de que estoy temblando de nervios.

—Entiendo por qué dice eso, pero no soy una persona racista, mucho menos mi hermana o mi hija.

—¿Y tu madre? Tu abuelo lo era —se encoge de hombros el señor Garden.

—Bueno, no puedo abogar por mi abuelo porque estoy consciente de ello y lo único que puedo hacer es disculparme en su nombre —digo y Dove toma mi mano por debajo de la mesa—. Mi madre ha cambiado mucho su forma de pensar desde que el abuelo murió, a pesar de que aún le cuesta cambiar ciertas cosas debido a su crianza. No la justifico ni nada de eso, pero es la verdad.

Aún recuerdo el comentario que le hizo a Dove al día siguiente de su llegada y siento la amargura y la ira recorrer mi cuerpo.

Aún estoy molesto con ella por eso y por lo de su llamada el otro día. No hemos hablado.