Mi Mejor Problema (AD #3)

16.- Película

Logan

Odio las malditas películas románticas.

No es que me crea jodidamente masculino ni nada de eso, simplemente no soporto lo absurdas e irreales que puedan llegar a ser.

El amor sólo existe dentro de la familia y hacia tus hijos. ¿Entre dos amantes? Eso no es amor, tal vez es idealización o pura obsesión (como lo que siento por Dove), pero ¿amor? Ja, eso es imposible.

«Síguete mintiendo a ti mismo, ya llevas años haciéndolo», dice mi subconsciente e ignoro esas palabras como siempre lo hago.

Coloco un codo sobre el respaldo del sofá y una mano debajo de mi mejilla, apoyando mi cabeza sobre la misma. Siento mis ojos empezar a cerrarse y me acomodo mejor en el sofá individual, listo para dormirme cuando en la pantalla la tipa de Piratas del Caribe mira a ese tipo con acento inglés muy marcado y ropa victoriana por décima vez en toda la película. Ni siquiera se han besado, lo único que han hecho es tomarse las manos y ya es jodidamente aburrido.

¿Siquiera hay escenas de sexo en esta película? Espero que haya por lo menos un trasero desnudos por ahí. Una semana de abstinencia por mis horribles decisiones me hacen querer ver cualquier tipo de muestra de contacto físico.

No creo que podamos ver traseros en esta película, sin embargo. Leí el libro hace años y no recuerdo una mierda de lo que pasaba, a decir verdad. Si hubiera habido una escena de sexo, es muy probable que la haya recordado.

—Ni te atrevas a cerrar esos ojos —me advierte Jessica sin dejar de ver la televisión—. Ya viene la mejor parte.

—Llevas diciendo eso toda la película y nunca llega la mejor parte —me quejo, sin abrir los ojos hasta que escucho la suave risa de Dove.

Mi mirada se clava en ella de inmediato y es como si estuviera lleno de energía de nuevo, como si acabara de despertar y no estuviera malditamente aburrido.

Ella es mucho más interesante que esa horrible película del 2005.

—Esta película es horrenda —me quejo por quinta vez, sin dejar de ver a Dove.

Sus mejillas se sonrojan y lo noto a pesar de que lo único que alumbra la sala sea la tenue luz que refleja el televisor. Toma su copa de vino del portavasos que está justo en el apoya brazos del sofá y da un gran trago, casi terminando la copa completa.

Yo tomo la mía y le doy solo un sorbo, sin dejar de verla.

—Todas las películas basadas en libros lo son —responde Jess—. O eso es lo que dicen, nunca leí nada de esa basura a menos que sea para la escuela.

Dove vuelve a reír.

—Orgullo y prejuicio nos la hicieron leer en la escuela —me quejo, otra vez—. Y es mucho menos cursi que esta película.

O eso creo.

La literatura de ficción y fantasía no es lo mío, me inclino más por las autobiografías de abogados que hayan logrado sobresalir en este país, o por libros que se interesen en todas las ramas de Derecho.

—Jessica no lo leyó —dice Dove, mirando a la tele y sus ojos brillan cuando él protagonista inglés y victoriano le da la mano a la protagonista.

Jessica hace una mueca.

—Me vi la peli, ahorré tiempo valioso, además evité que talen otro árbol para hacer un patético cuaderno, el cual contiene un escrito que puedo leer en una Kindle si quisiera.

—¿Y por qué no leíste el libro en tu Kindle? —pregunta Dove con una sonrisa y Jessica responde metiendo un puñado de palomitas en la boca de mi novia.