18.- Perdido

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Logan

Mis labios aún hormiguean cuando miro a Dove a la mañana siguiente. Y por «mirar» me refiero a espiar desde un escondite en la cocina, como ella juega con Leah, sentada en el porche que lleva al jardín trasero y puedo ver como ambas están sonriendo. La luz del sol se refleja en el rostro de ambas, con tonalidades naranjas y brillantes, alumbrando el costado izquierdo de ambos rostros. Leah está sentada en las piernas de Dove y ambas se balancean al ritmo de la canción que están cantando, a pesar de estar algo lejos, las escucho, sobretodo la voz de Dove, que resulta ser increíblemente hermosa.

Cantan una canción de Frozen 2, lo sé porque Leah me ha hecho ver esa canción cada día durante un año, desde que la llevé al cine a ver la película. Por más que odie dicha película y esa cursi canción, ahora suena muy bonita en los labios de Dove y de Leah.

No debería afectarme tanto, sobretodo cuando está con mi hija y es la imagen más tierna que he visto en mucho tiempo, pero no puedo evitar sentir que el aire me falta en los pulmones, mis extremidades tiemblan y mis manos pican por tocar a la mujer que sostiene a mi hija y no se da cuenta de mi presencia, mis labios hormiguean por volver a besarla. Es como si mi cuerpo y mi mente se hubieran puesto de acuerdo para recordar cada segundo del mejor beso que he obtenido en toda mi vida, y es una jodida tortura para mí.

Después de que dejé a Dove en su habitación anoche, me entretuve mucho tiempo con mi mano derecha, hasta que no sentía mis piernas, pero mi cuerpo no quería mi mano, quería a Dove Garden. Aún la deseo más que a nada en el mundo.

No haría nada de lo que ella no estuviese cien por ciento segura de querer hacerlo, así que el ir a su habitación y aceptar su oferta jamás pasó por mi mente. Lo que sí pasó por mi mente fueron los constantes recuerdos que no han dejado de atormentarme toda la semana; los recuerdos de su cuerpo desnudo contra el mío, sus caricias, sus besos, la forma en que mis manos la sostenían cada vez que se corría.

He cometido errores en mi vida, pero el alejarla fue el peor de todos. En verdad estoy arrepentido de todo lo que dije, y realmente necesito que volvamos a tener lo que sea que estábamos teniendo.

Jamás me ha pasado con ninguna otra chica, pero necesito más de Dove. Mucho, mucho más.

Pero no sé cómo hacerlo, jamás he tenido que esforzarme con ninguna chica en mi vida, mucho menos para sexo, y no tengo idea de cómo hacerlo. No sé qué me pasa, usualmente me llevaba tener que decir unas cuantas palabras antes de que las chicas caigan en mi cama, pero con Dove es diferente. Sí, nos hemos acostado ya dos veces, pero quiero volver a hacerlo y no estoy seguro de que ella también quiera volver a pasar una noche conmigo.

Y mis sentimientos por ella también me impiden actuar con normalidad.

Estoy confundido y no estoy listo para admitir ciertas cosas que pasan por mi mente sobre Dove. Es decir... vamos, a penas va dos semanas aquí, antes de este verano no la había visto en un año y antes de eso ni siquiera hablábamos constantemente, solo peleábamos. Así que la parte lógica de mi cerebro se niega a creer de que estoy empezando a sentir cosas por Dove, cosas muy, muy fuertes por Dove.

«Cosas que has sentido desde que la conociste, querrás decir». Dice la parte ilógica de mi cerebro, a la que me niego a escuchar.

—¿Qué haces?

Me sobresalto y eso hace que golpee mi cabeza contra la mesa de la isla de la cocina, ya que estaba escondido debajo de ella. Por un momento veo puntos negros en mi campo de visión y hago un sonido de lamento.

—Oh, por dios, Logan —Jessica coloca una mano en mi antebrazo y me ayuda a ponerme de pie—. ¿Estás bien?

—Me asustaste, estúpida.

Mi Mejor Problema (AD #3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora