"Alguien llama a su puerta. Ella abre.
—¿Wen?
—Ven conmigo."
Lia espantó el recuerdo. Sacudió la cabeza y volvió a concentrar su vista en la hoja del tablero. Al parecer, sólo había podido responder un par de preguntas antes de quedarse sin respuestas. La mayoría de las casillas, se temía, permanecerían en blanco.
Suspiró. Al menos tenía puesto algo en el apartado del "nombre", aunque... ¿les bastaría a ellos con sólo "Lia"? Tendría que bastarles.
A su alrededor la atmósfera era de completa calma. Una enfermera revisó la cantidad de su catéter, poco después vio a un intendente limpiar el suelo pulido y un par de doctores pasearon por el pasillo ignorando su presencia. Fácilmente hasta ella podía pensar que era una paciente más al que se le daría su alta en pocas horas, lo que le hacía sentirse como en un sueño. Momentos antes se había encontrado al límite de sus fuerzas, pero ahora... bueno, era una escena de lo más irrealista. Casi como si se hubiera despertado en un mundo alterno.
En especial por la presencia del oficial de policía que se encontraba a su lado.
Sintió la mirada del hombre por encima del hombro.
"Los guardias las vigilan atentamente, intimidándola. Una Liz camina cabizbaja a su lado sin emitir palabra. Wen le ordena al guardia que custodia la habitación de Anne que abra la puerta.
—Traigo una orden escrita por el señor Luc.
El hombre las mira con desconfianza. Wen levanta la hoja. Al final, él gruñe en respuesta".
Lia parpadeó. Otra vez los recuerdos. Supuso, con resignación, que durante un tiempo no iba a poder librarse de ellos. Le dirigió una mirada al oficial, pero este desvió los ojos de inmediato. No parecía peligroso. "Posiblemente crea que soy una tonta" pensó. Aquello no le molestaba. Le daba lo mismo lo que la gente creyera de ella, pero odiaba la idea de despertar cualquier tipo de curiosidad.
Pasó de largo otras casillas que sospechaba que le pedirían rellenar, aunque rogaba que no fuera el caso.
—¿Señorita Lia?
Levantó la cabeza del tablón. Se encontró con dos oficiales que la miraban sin expresión alguna, aunque el que le había dirigido la palabra lo había hecho en tono amable. ¿Demasiado amable quizá?
—¿Sí?
—Hay algunas personas que desean hablar con usted.
Con alivio abandonó el tablero. No obstante, no tardó en ponerse nerviosa. Por un segundo le invadió un pequeño ataque de pánico, ¿acaso se trataría de Lucian?
"Wen levanta más en alto la hoja.
—Aquí está, ¿ves esto? Esta es su firma. Y exige expresamente que las dejes ir para explicarles las nuevas reglas —el guardia no responde, pero la duda le invade los ojos—. Si no estás de acuerdo con eso, puedo hacerle una queja al señor Luc. No por nada soy la que administra esta casa, pero no estará contento cuando lo interrumpa por no hacer tu trabajo.
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Mentirosa | Bilogía Mentiras #1 [COMPLETA]
General FictionSexo por dinero. Mentiras y secretos. Un amor oculto. Y una joven, que no se detendrá hasta conseguir su libertad. ¿O sí? Samanta huyó de casa cuando sufrió de violencia doméstica por parte de su padre. Desde ese día juró que solo ella tomaría las...