Cuando la fiesta acabó, Lucian despidió a sus invitados con la misma cortesía con la que los había recibido, y cuando el último de ellos se marchó y desapareció por la puerta de entrda, él permaneció por largo rato en silencio. Yo estaba ansiosa por irme, pero más preocupada por lo que estaba a punto de suceder una vez que la velada se diera por concluida. Se trataba de mi castigo, pues aún recordaba las palabras de Lucian hacía algunas noches cuando me escuchó mencionar su nombre. Sin embargo, a diferencia de lo que pude haber imaginado, él se limitó a observarme. No me atreví a devolverle la mirada, sólo esperé.Pero no dijo nada.
Al final se dio la vuelta, y lo que sea que estuviera en su mente, ya sea retomar mi castigo o no, dejó de ser importante para mí.
Había sobrevivido, por esa noche.
Más adelante, una vez que me sentí en confianza como para moverme sin miedo a lo que pudiera suceder, regresé al jardín con la intención de ayudar a acomodar todo lo que había quedado de la fiesta. Sin embargo, por indicaciones de Wen, todas nos dirigimos a nuestras habitaciones.
—Mañana se encargará Helga y sus hombres de esto —dijo—. Descansen por hoy.
Cuando llegué a los pies de mi cama, me dejé caer con un suspiro de agotamiento. Me apresuré a quitarme los zapatos, me desvestí y sin que me importara nada más, me dejé envolver por las sábanas. Me sentía cansada, física y emocionalmente. No se me quitaba de la cabeza todo cuanto había visto esa noche, sobre todo lo de Emily. ¿Ella se encontraría bien? No la había visto después del último acto. Supuse que tendría que ir a verla, pero estaba tan cómoda en mi cama que opté por hacerlo el día siguiente.
Mientras tanto, la nota seguía descansando entre mis cosas. Llegué a la conclusión de que también tendría que resolver ese asunto lo más rápido posible en la mañana. Por lo pronto, no tardé en caer dormida.
La mañana siguiente me fue difícil despertar.
Me levanté con una mala sensación en el estómago. El silencio alrededor era lo único que se escuchaba. Anne, a mi lado, dormía profundamente. Eché un vistazo a mi despertador y comprobé que ya había pasado mi horario para ir al trabajo. Ahora que lo recordaba, ignoraba qué procedía con el asunto de mis salidas. El evento ya había pasado, ¿pero ahora qué? No había recibido ni un castigo de Lucian, ¿Qué debía esperar a continuación? Supuse que debía consultarlo con Wen.
ESTÁS LEYENDO
Mentirosa | Bilogía Mentiras #1 [COMPLETA]
Ficción GeneralSexo por dinero. Mentiras y secretos. Un amor oculto. Y una joven, que no se detendrá hasta conseguir su libertad. ¿O sí? Samanta huyó de casa cuando sufrió de violencia doméstica por parte de su padre. Desde ese día juró que solo ella tomaría las...