CAPÍTULO 46

127 31 12
                                    

¿Llamada? Oh no, ahora no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Llamada? Oh no, ahora no.

—¿De quién? Es decir, ¿ahora?

—¿Crees que he suspendido mis tareas sólo para venir a saludar? Sí, ahora —se dio la vuelta—. Vamos, cuanto antes termines será mejor para las dos.

Dudé un poco antes de seguirla. No sabía si quería hablar con Derek justo en ese momento, pues era el menos indicado para charlar con él por teléfono, ¿y sobre qué exactamente? ¿Para qué? Ganas no me sobraron para pedirle a Wen que rechazara la llamada, pues en definitiva no tenía cabeza para tratar con él.

Aun así la seguí, aunque en mi mente empecé a formar una estrategia para librarme de esa extraña situación. ¿Cada cuánto se nos tenía permitido hacer una llamada por teléfono? Nunca. Pero el hecho de que ella hubiera ido por mí significaba que aquello era por parte de Lucian, y siendo así lo mejor era que me apresurara a resolverlo.

En cuanto llegamos a su oficina pensé en lo que le diría a Derek con tal de que pudiera librarme de él de inmediato, pero antes de que consiguiera planearlo mejor, Wen tomó el teléfono y sin miramientos me lo tendió.

Me le quedé mirando sin saber qué hacer.

—¿Qué esperas? Tómalo, ¿o has olvidado cómo usarlo?

Le dediqué una mueca, lo acepté y luego la miré insegura.

—¿Tú estarás aquí?

—¿Y tú qué crees? Pues claro que debo estar aquí —se dirigió por atrás de su escritorio y se sentó—. Que sea rápido.

Suspiré. Era mejor terminar con eso de una vez.

—¿Hola?

Hubo un breve silencio en la otra línea.

—Hola, Sam.

Y ahí estaba, su voz decaída, tan cargada de melancolía. De no ser porque lo había visto en la mañana, no hubiera adivinado que se trataba de la misma persona.

—Yo... lo siento, no quería interrumpir —prosiguió él—. Más bien, lamento haber interrumpido lo que sea que hayas estado... esto... —bufó de frustración—. Sé que sueno tonto, pero necesitaba... ya sabes. Hablar.

Eché un vistazo a Wen. Ella estaba enfrascada en sus papeles, pero no dudaba que estaba al pendiente de mis palabras.

—Derek, sé que...

—¿Puedo pedirte cinco minutos? —soltó al mismo tiempo.

Titubeamos.

—Tú primero —cedió.

—Me has tomado por sorpresa, sabes que soy la peor elección para tener una charla.

Él se echó a reír, aunque con muy poca gracia.

—Lo sé, resulta irónico, ¿no es cierto?

—Puede que Wilma te sea más de ayuda —sugerí, siguiendo un monólogo que poco a poco tomaba forma en mi cabeza—. Ella te conoce más, tal vez Katy o tu madre. Cualquier otra persona que no sea yo.

Mentirosa | Bilogía Mentiras #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora