CAPÍTULO 56

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—Es un gusto conocerte al fin

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—Es un gusto conocerte al fin. Ya deseaba encontrarme contigo.

La mujer era de estatura pequeña, cabello castaño caoba y ojos redondos. No conseguía distinguir si se trataba de un disfraz o de su aspecto auténtico; no obstante, daba la impresión de ser alguien afable, pues empleaba un timbre de voz calmado y sereno. Alguien en quien (de ser yo otra persona) podía depositar toda mi confianza.

—¿Dónde está Helga?

—Por motivos de seguridad, concordamos en que lo mejor para esta ocasión fuese yo quien me presentara contigo.

—¿Seguridad? ¿Lucian le ha hecho algo malo? —experimenté una señal de alarma—. ¿La ha descubierto?

—Oh no, no. Nada de eso. Ella está bien, y él no tiene idea de que nos contactamos contigo, de eso nos hemos asegurado. Es una cuestión de estrategia. Lucian tiene muy vigilado el sitio, al alternar los encuentros procuramos mantenerte a ti y a Helena a salvo. Créeme. No hay nada de qué preocuparse.

Su explicación combinada con el tono de su voz consiguió de alguna manera tranquilizarme al igual que un sedante. Además, resultaba lógico; sin embargo, aunque no me había preocupado por grabarme la cara de cada uno de los asistentes de mi antigua ama de llaves, el no reconocerla me generaba una pequeña desconfianza.

—Mi nombre es Dafne —prosiguió ella extendiendo la mano, al tiempo que elevaba una sonrisa amigable—. He estado al tanto de su caso, trabajando con Helena desde el principio; aunque nunca nos hubiéramos visto, créeme cuando te digo que estoy aquí para ayudar.

Quise seguir preguntando al respecto, pero preferí ir directa al grano.

—Tenemos una evidencia.

Mis palabras la tomaron por sorpresa, pero asintió. Me observó desconcertada cuando liberé busqué la hoja que había estado guardando en mi pie derecho. Se había arrugado bastante, pero el dibuja seguía estando reconocible.

Cuando quise entregárselo, noté que le echaba un vistazo los restos de chocolate del suelo. Tomándome desprevenida, buscó una escoba y procedió a limpiar. Arrastró lo que quedaba de la caja en un rincón y sacudió sus manos.

—Lo mejor es que eso no te dé ningún problema en el futuro ¿no crees? —aclaró dándose la vuelta—. Además, limpieza es mi segundo nombre.

Sin darle alguna importancia ni soltar ningún comentario le volví a ofrecer la hoja.

—Lia dibujó al cliente que se llevó a Miriam —expliqué mientras ella la abría y examinaba el dibujo—. Cree que esos datos tratan de una pista para dar con su ubicación. Si la encuentran a ella y a ese sujeto, tendrían una pista para atrapar a Lucian.

Contempló la hoja con genuina admiración.

—Vaya, es impresionante. Tanta atención al detalle, casi se acerca al realismo. Es muy buena.

Mentirosa | Bilogía Mentiras #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora