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Narra lydia

Ya era domingo, no recordaba que tome esas pastillas por eso dormí tanto, violet ya no estaba dormida de cabeza en mi cama, quizas se fue a su casa muy temprano.

Baje las escaleras esperando que no hubiera nadie, para mi buena suerte asi fue, no estaba mamá y no había rastros del idiota.

- Buenos dias señorita, le preparé una sopa para que se sienta mejor. Escuche por ahi que se tomó unas cuantas pastillas, no quiero verme entrometida, pero esta usted bien? - moira me llevo a la mesa un plato con sopa de fideos, se veía bien, por lo menos no lllevaba aceitunas.

- Estoy bien, gracias moira...- dije sonriendo debil.

- Es lo que hago. - sonrió y salió de la cocina.

Escuche la madera crujir de manera extraña, como si alguien estuviese caminando, pero no observaba a nadie.
La cocina estaba vacia y solo estaba yo. Me apresuré a terminar el desayuno y subí nuevamente las escaleras para encerrarme en mi habitación. Cuando me di la vuelta choque con esa bella figura que era la única que me podía hacer sentir bien.

- Tate? - dije yendo a abrazarlo, él correspondió el abrazo y después nos separamos. - Como entraste? Te pudo ver moira y seguramente le contara a henry.

- Moira es una vieja amiga, asi que no creo que le cuente al estupido de tu padrastro.

- Crei que le tomarías la palabra y no vendrías. - dije mordiendo mi labio un poco.

- A ese tipo? No, no me dice que hacer, a menos que tu me pidas que me vaya y eso haré.

- No podría pedirtelo, tu y violet son las únicas personas que me hacen sentir bien. Pero de manera diferente cada uno.- dije sentandome en mi cama, tate se quedó parado observandome.

- A que te refieres con manera diferente?

- Bueno, violet es mi amiga e hizo de todo para hacerme sentir bien durante estos días...la quiero mucho. Y tú, bueno creo que te conocí primero y me haces sentir de una manera extraña... - solte de la nada, y a los segundos me di cuenta de lo que dije.

Por supuesto que si no lo había notado, me he salvado. Pero tate se sentó junto a mi y me besó la mejilla.
Seguramente ahora mismo mis mejillas ardían.

- Tu también me haces sentir de una manera extraña. - confeso. - Es como si mis problemas se olvidaran cuando estoy contigo.

Volteé mi mirada para observar su hermoso y pálido rostro, ocultó por su pelo dorado.

- Me siento igual...- dije sonriendo de forma timida.
Tate se acercó a mi haciendo que nuestras narices chocaran y dejo un beso en mis labios. Sin miedo lo correspondi, haciendo que nuestras labios se formaran en un beso fugaz.

Este chico si me hace sentir demasiado bien.
Lo tomé por el cuello acercándolo mas a mi para continuar el beso el cual se formó en una necesidad.

Pero a los segundos deje de besarlo, no quería llegar a nada mas por ahora.

- Lo siento. - dijo tate sin dejar de verme.

- No, esta bien. - dije riendo.

- Oye...me gustas. - confeso tate, yo largué una sonrisa.

- Tu también me gustas tate. Podría decir que desde que te vi por primera vez, pero me sentía incomoda con tu visita en mi habitación.

Ambos comenzamos a reirnos de aquello.

- Deberiamos ir al cine, no se, como una cita. - propuse, tate comenzo a ponerse nervioso.

- Si, algún dia, pero, no tengo dinero y me costará mucho conseguirlo, pero te prometo que tendremos una.

- No hace falta el dinero, puedo pagar yo!. - propuse de nuevo.
El se negó totalmente, y al final accedi. Lo importante es que ahora se que le gusto y el sabe que me gusta.

El único problema es el idiota de henry, pero no debía por que enterarse.

Evergreen - Tate Langdon (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora