32

2.5K 236 31
                                    

Narra Lydia

Termine muy tarde de ayudar a chad con los arreglos de halloween, aún hacían falta sus manzanas, que extrañamente en ningún sitió vendian las manzanas verdes que el ocupaba.

Ya era la mañana de Halloween, y el viento hacía ruido con las ventanas de la casa, también removían algunas hojas de los arboles pintados de otoño.
Baje rápidamente las escaleras, escuchando la discusión de mi madre con chad.

- Pedi manzanas VERDES! Por que siguen trayendome estas malditas porquerías? Tendre que ir a buscarlas yo...que detestables son todos ustedes. - chad se recargó en la mesa, con una mano en su frente.

- Ya te dije que no hay manzanas verdes, por que no te conformas con las rojas? - mi madre se cruzó de brazos.

Rode los ojos, y fije mi vista en la puerta, tate se encontraba afuera haciendome una seña para que saliera, sali corriendo sin que mi mamá me vea y me acerqué a tate.

- Tenemos todo el dia para nosotros dos. - tate beso mi frente.
No pense que su cita fuera desde qué amaneciera hasta anochecer, pero con el me agradaba la idea.
Me tomó de la mano entrelazando nuestros dedos, y cruzó la reja de mi casa para salir de ahi, se quedó unos segundos ahi parado mientras yo lo observaba confundida.

- Pasa algo? - pregunté riendo, el nego con la cabeza y comenzo a caminar por el pavimento de la banqueta conmigo tomando su mano.

He de decir que era un tanto extraño salir con tate, tomados de la mano, como una pareja normal, pues me acostumbre a estar todo el tiempo con el en mi habitación o en el sótano, pero no me desagradaba la idea.

Una vecina de dos casas después, nos saludo con la mano, esa señora es amiga de mi madre, asi que la salude sin problema.

- Por qué no tomamos un autobús? No sé a donde quieres ir, pero no quiero caminar mucho. - dije deteniendo a tate, quien comenzó a reir, yo frunci el ceño.

- Mhmm, no. - dijo sonriendo.

- No?

- Quiero pasar este dia contigo como si no hubiera mañana, asi caminemos y nos perdamos...o nos duelan los pies.

Aquello era realmente lindo de escuchar, me sentia como en las nubes con sus palabras...no crei que alguien pudiera amarme de tal manera.

- Asi de tanto te amo. - confeso acercando su rostro al mío. - No hace falta que todo el tiempo nos besemos para demostrarte lo que siento por ti...

Sonreí débilmente ante sus palabras, y acaricie su pálido rostro, ya no se sentía tan frio como antes.

- Yo también te amo, y disculpame si a veces no lo demuestro. - aprete los labios.

- Oh, no hace falta, se que no podrías dejar de amarme. - sonrió mientras soltaba una carcajada, rode los ojos, volvimos a caminar.

Seguía sin saber cual era su plan para hoy.

Llegamos a un parque, que sinceramente yo no me había dado la oportunidad de conocer, y eso que llevo viviendo aqui mas de cuatro meses.
Tate hizo que me sentara en un banquito, y que lo esperara ahi.
Caminó hasta un puesto de helados, vi como sacaba dinero del bolsillo de su pantalón.

Solté una carcajada por que comenzó a discutir con el señor del puesto.
Nuevamente con dos helados en sus manos caminó hasta a mi.

- que lindo eres tate, nisiquiera se nota que te peleaste con el heladero. - me burle, tate hizo una mueca.

- Ya comete el helado. - dijo llevando a su boca el helado de chocolate que tenía para el, unos niñitos pasaron corriendo frente a nosotros, una niña empujó a otro pequeño haciendo que empujara el helado de tate al suelo.

Tate los observo con su rostro molesto, los niños se alejaron de nosotros sin apartar su vista de tate, como si les causara miedo, y salieron corriendo de ahí.

- Odio a los niños - dijo fastidiado.

Yo comencé a reir por eso, aún que deje de hacerlo por que el vio su helado en el suelo.

- Come de mi helado. - dije ofreciendole el mio, el nego.

- No, es tuyo. - se recargo de nuevo en el respaldo del banco.

- Oh, tate...- me acerqué a el, y le puse el helado en el rostro, el lo observo unos segundos y de nuevo me vio.

- Si ya no lo quieres puedes darmelo. - dijo como si se estuviera saboreando el mio, yo negue y se lo entregué.

- Te amo demasiado - dijo llevando mi helado a su boca, yo comencé a reir por que parecia un niño pequeño que lo premiaban por cualquier cosa.

Evergreen - Tate Langdon (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora