30

2.8K 245 35
                                    

Narra Lydia

La semana se había ido casi corriendo, asi que ya estabamos justo en Halloween, bueno, de hecho solo faltaba un dia.
Milagrosamente mi madre y henry estaban en casa, asi que fingi querer unirme a su gran conversación.

- Buenos dias. - dijo henry sonriendome.

Yo intente olvidar mi imagen de el con moira, pero simplemente no podía.

- Hola. - hice una mueca.

- Qué bueno que ya saliste de tu cueva, vendran unos chicos gay a ayudarme con la decoración de la casa para mañana...me los recomendo la anciana que nos mostró la casa. Deben ser muy buenos. - me miro mi madre como si por fin me estuviera tratando bien.

- Y yo que pinto ahi? - pregunté recargandome en la mesa, mi mamá imitó mi acción.

- Qué cuidaras de casa mientras henry y yo vamos a hacer las compras para que ellos tengan todo listo. No sabemos si nos robaran alguna pieza de esta casa - prosiguió mi madre.

- Creeme que lo que menos se robarían es tu jarrón horrendo que hiciste en tus clases de cerámica.
Mi madre trato de decirme algo pero la voz de unos chicos la interrumpió.

- Qué horrible decoración, ve esas lámparas afuera de esta casa, dios santo, que le ha pasado a mi casa, es un desastre. - Se escucho la voz de un hombre, se quejaba seguramente de las lamparas de la sala.

- Ya callate chad, no es tu casa! - se escucho la voz de otro hombre.

- Cierra tu sucia boca patrick...- el hombre iba a decir algo pero mi madre los interrumpió.

- ustedes deben ser los que me ayudaran a decorar esta casa...- mi madre se posó frente a ellos, uno es rubio, y el otro pelinegro, debian ser pareja, pero por como se tratan, dudo que se sigan queriendo.

- Si quieres podemos tirar a la basura esos adornos que pusiste en tu cocina, y comprar unos nuevos. - el pelinegro se cruzo de brazos mientras que con su dedo indice señalaba el frutero de madera que estaba sobre la mesa.

El rubio me observo detalladamente unos segundos, sentía profundamente su mirada y alce una ceja.

- Patrick! No crees que debamos tirar eso a la basura? Aquí señora necia prefiere guardar un frutero de madera a uno de cristal... - el pelinegro llamo la atención del rubio quien anteriormente se habia hecho llamar por patrick.

- No le haga caso...se estresa mucho con las decoraciones...- el rubio observo a mi madre quien no parecía muy convencida de su presencia.

- Como sea, les entrego una lista, me canso de que todos los inquilinos de esta casa traigan las cosas mal, por ejemplo, MANZANAS ROJAS! En vez de verdes... siempre hacen lo mismo.

- Aqui dice siete veces escrito manzanas verdes. - hablo henry.

- Traeras manzanas rojas? Lo dice? No cariño, necesito mis manzanas verdes. - se quejo el pelinegro.

- Bien, entonces...vendremos en una hora tal vez, en la sala dejamos unas calabazas quizas quieran comenzar con eso. - hablo mi madre.

- Aja - hablo de forma despectiva el pelinegro saliendo de la cocina. Patrick fue detras de el mientras que me dejaban sola con mi mamá y henry.

- Vendremos rápido, ayudalos de ser necesario. - dijo henry, alce ambos hombros y ellos salieron de casa con la lista en manos.

Me dirigí a la sala donde se encontraban el pelinegro y el rubio observando las cortinas.

- Esto es lo unico agradable de esta casa que hay. - dijo el pelinegro tocando la cortina.
A los instantes se giro para verme y fingió una sonrisa. - Tu debes ser la dichosa rubia que nos ayudará, por que no empezamos por esconder ese jarron de ceramica?

Comencé a reir, por supuesto que era terrible ese jarrón.

- Sin problemas. - Dije tomando el jarrón entre mis manos, dirigiendome al sotano para dejarlo ahi sobre una mesa.
Cuando subi de regreso escuche que ambos estaban discutiendo, asi que intente no entrometerme en eso. Senti que unas manos tomaban mi cintura y me sobresalte, pero a los segundos me di cuenta que era tate, quien depositó un beso en mi cuello.

- Tienes planes para mañana? - preguntó casi en un susurro.

Por supuesto que no, nisiquiera salgo de casa.

- Para nada - me giré para verlo, este sonrió y dejo un beso en mi frente.

- Bueno, conseguí dinero, asi que podemos salir a algún lado, donde tú quieras - me miro serio, a veces su rostro cambiaba de ser feliz a uno serio tan drásticamente.

Me sentí tan feliz de que porfin vayamos a salir de casa, y estar tomados de la mano para ir a cualquier lado, como realmente son las parejas.

- Podremos ir a una feria?..- dije riendo, el nego.
Y por que dijo que a donde yo quiera?...no lo discutiré mejor.

- Mejor a la playa, y tal vez en la tarde vayamos a comer algo...- me sonrió a lo cual yo comencé a reir.

- muy bien, romeo asesino, necesitamos a tu julieta. - llego el pelinegro, yo intente disimular de que no sabía que era un asesino.

- Asesino? - preguntó tate, el pelinegro comenzo a reir fuerte.

- Solo préstanos a tu novia, creo que ya quitaste demasiado tiempo. - chad me tomó del brazo para hacerme caminar junto a el.

Articule un "Te amo" cuando fui arrastrada por chad, y tate quien estaba parado atrás de nosotros dijo lo mismo articulandolo.

Evergreen - Tate Langdon (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora