Espero no llegar tarde.

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¿El lado positivo de lastimarme?

— Auch~ — fingí dolor al sentir el algodón húmedo sobre mi herida.

— ¡Idiota, no juegues con eso! — me regañó Jimin, dándome un suave golpe en el hombro.

Poder ser cuidado por Jimin era un privilegio que afortunadamente me tocaba vivir varias veces por semana.

Me había llevado a la enfermería pero no había ninguna enfermera, así que él se ofreció a ayudarme.

Con unas pequeñas pinzas tomaba el algodón, lo mojaba en alcohol y después lo untaba por mis heridas, que mayormente eran en mis nudillos.

Yo estaba acostumbrado a este nivel de cercanía con él, pero siempre se me aceleraba el corazón.

Olisquié su cabello negro un milisegundo, lo suficiente para que no lo notara.

Ese es un shampoo nuevo... Me gusta el olor a pino. Pensé, en realidad el aroma del shampoo contrastaba muy bien con el aroma natural de Jimin. Frutos rojos.

Y por su mirada de concentración y la forma cuidadosa en la que desinfectaba mis heridas, pude darme cuenta que ni siquiera notaba lo que estaba pensando.

— ¿Por qué ese imbécil no solo se muere... ? — susurró lleno de coraje el pelinegro.

Mi mandíbula se abrió hasta tocar la camilla, Jimin enseguida me miró con una mezcla de vergüenza y firmeza.

— ¡Pero es verdad! ¡Basuras como Ling JuYe no deberían ni siquiera tener tanto poder! — comenzó a justificar su deseo de muerte.

— En eso tienes razón pero, ¿Que puedo hacer? Soy solo un Beta defectuoso... — me encogí de hombros.

No voy a regañarlo por algo que yo también pensé por muchos años. Pero no tiene sentido desear el mal, al final, el que me moleste solo significa que está frustrado y necesita de alguien con quién compartir su miseria. De cierta forma es triste.

— Tu no eres defectuoso, Jungkook~shi. — susurró mientras guardaba el algodón y el alcohol. Su voz parecía transmitir tristeza.

Se levantó de la camilla y comenzó a colocar todo donde lo había encontrado, al igual que tiró las torundas que había manchado con mi sangre.

— Soy defectuoso. Tu sabes de mi condición, no soy Alfa, no soy Omega, tampoco soy Beta. Soy solo un error genético que no debió nacer...

— ¡¡Carajo, esto es lo que odio de ti!! — se giró para gritarme.

Me quedé mudo.

— ¡Jungkook, ese diagnóstico fue hace muchos años! ¡Ese doctor que te dijo defectuoso ya debe estar muerto! — comenzó a explícame muy enojado. — ¡No dejes de JuYe y ese doctor te convenzan de algo que no eres! Te encierras en tu mundo de autodesprecio y nunca me permites ayudarte, ¿Tu sabes lo doloroso que es eso? ¿Que tu mejor amigo sufra en silencio y este no te deje ayudarle? Me siento inútil, impotente, a veces siento que no me ves como tú mejor amigo...

Me levanté de inmediato, alarmado. No iba a permitir que Jimin llorara en mi presencia.

Lo abracé y todo mi cuerpo le rodeo, él solo tembló sobre mi pecho.

— Lo siento, no sabía que te sentías así... — besé su frente mientras que con una mano acariciaba su cabello.

No sé de dónde venía este drama repentino, pero lo que si sabía era que mi ángel estaba llorando.

— Prométeme que irás a un médico competente para que te dé una segunda opinión... — me pidió entre sollozos.

— Lo haré... — le prometí.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora