Todo mal.

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~Narra Jeikei~

En medio de la oscuridad del pasillo mi rostro se iluminaba por la luz artificial de mi celular, mis ojos estaban atentos a qué aquellas dos palomitas grises se tomaran azules, pero eso no sucedió y en pocos minutos me rendí. Apagué el aparato y observé a mi alrededor, la soledad me abrazaba.

Volví a encender el celular, nada en esa pantalla había cambiado. Apreté mi agarre al aparato.

— Tch. — chasquée la lengua con fastidio he hice lo que debía hacer. Usé la llave que Jimin me había dado voluntariamente para entrar a su departamento. — ¡Ignorarme no va a resolver el problema, escúchame antes de echarme!

Alcé las manos en señal de paz, arriesgando la vida del bote de helado de limón que colgaba de mi mano derecha.

Ni una sola señal de vida, fué bastante claro que Jimin no sé encontraba en su departamento.

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~Advertencia de: contenido sexual explícito VMin~

~Narra JimJim~

En algún punto de nuestro encuentro mi cuerpo y mente se dejó de preocupar por Jungkook, quizás fue en la parte en la que se comió mis pechos con pasión o quizás cuando torturó mi erección con sus labios... Es un misterio.

Mis músculos dejaron de tensarse permanente debido a los nervios, para después hacerlo de manera intermitente al ritmo de las caderas de TaeHyung.

Podía sentir como mis ojos se torcían hacia atrás cuándo su miembro entraba en lo más profundo de mi  interior de manera rápida y constante, aunque solo era por pocos segundos, las olas de placer que revolcaban mi cuerpo me llevaban al límite.

— A~ah, ahh~ Ta~Ta~Tae... — me aferré a su camisa mientras la habitación se llenaba del choque entre su pelvis y mis muslos.

Sus ojos se clavaban en mi rostro, lo que me hacía enrojecer rápidamente. Si, me daba vergüenza que me viera, a pesar de hacer lo que estábamos haciendo, que podría ser mucho más vergonzoso.

— De~deja de verme así... — le pedí avergonzado.

— lo haré si tú dejas de cubrirte los labios con tu mano. — rebatió.

Con mi rostro sonrojado asentí a su petición, entonces volvió a lo que estábamos haciendo. Me tomó de la cintura y, aquellas olas cortas de constante placer se convirtieron en una sola, una ola larga y tortuosa.

Mis labios no dejaron de emitir gemidos gracias a eso, el placer se acumuló de forma repentina en mi pelvis y mis piernas se tensaron. Inevitablemente me vine sobre mi propio abdomen, acompañado de un largo gemido.

Él de inmediato se detuvo, jadeante y cansado pero satisfecho, lo abracé y comencé a besar cada parte de su rostro como premio. Y aunque no pudiera leer mis labios, con cada beso que depositaba en su cara susurraba la palabra “gracias”.

Me alejé de su rostro y, en medio de mi cansancio, mi corazón todavía palpitando con fuerza en mi pecho y el rastro de placer que despedía mi cuerpo, sonreí para él, para después tontamente cometer mi peor error.

STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora