~Narra Park~
Aunque Jungkook insistió en que no era necesario que me esforzara demasiado por impresionarlo, sigo creyendo que ahora que estamos saliendo, algo en nuestra relación debería ser diferente, y he decidido que será mi nueva costumbre servicial y detallista.
Me sigue molestando que él sea el único de los dos en organizar nuestras citas, ya no estamos en los siglos de las cavernas, los Omegas también podemos tomar la iniciativa. Quiero mostrarle lo mucho que lo amo organizandole una elegante cena.
— Enciende, perra... — maldije, intentando fallidamente que la vela tome la llama de mi encendedor.
Me costó un par de intentos, pero finalmente pudo encender.
— Bien, más te vale no apagarte. — la amenacé, pretendiendo que un objeto inanimado me entendía.
Me alejé un poco, solo para analizar la escena romántica que había montado en el balcón de mi habitación.
Colgué luces de navidad de color dorado en el borde del barandal y decoré las esquinas con unas plantas que tenía por casa; no tengo una mesa y sillas lo suficientemente pequeñas como para caber en el balcón pero una manta roja para sentarse también sirve, ¿No?
Coloqué un par de velas para estar bajo la luz de la luna... En realidad no las puse por eso, me cortaron la luz y tuve que pedirle algunas velas al vecino de enfrente... Fue humillante.
Ignorando por completo eso, me tomé el tiempo para verificar que mi ropa fuera pulcra, quería lucir elegante pero no pretencioso. Me puse unos pantalones cortos de color beige con la intención de provocarlo con la silueta de mis piernas, en el torso llevo una camiseta blanca de mangas largas con los primeros dos botones abiertos, además de unos tennis blancos para combinar; de joyería solo llevo unos viejos aretes de plata que Jungkook me regaló hace tiempo.
Quiero lucir bien para él está noche y... Por eso teñí mi cabello de rubio. ¿Quizás me estoy esforzando demasiado?...
Antes de que empezara a dudar de mi aspecto, llamaron a la puerta. No podía ser alguien más que no fuera Jungkook, así que ni siquiera pregunté de quién se trataba antes de abrir la puerta.
Sin embargo, no se trataba de Jungkook...
— Buenas noches, ¿Tu eres Jimin? — preguntó el de gorra.
Asentí a su pregunta, bastante nervioso.
— Serán 1600 wones, por favor. — pidió el repartidor mientras me entregaba la orden que pedí.
Le entregué el dinero y rápidamente tomé los empaques minuciosamente hechos para proteger la comida, despedí al chico y una vez que se fué, me apresuré a abrir mi pedido. Estaba nervioso por la calidad de sabor de las alitas, así que las probé junto con la enorme cantidad de aderezos que pedí.
Afortunadamente no sabían mal, pero tampoco sabían extraordinariamente, como para que se dé cuenta que no las hice yo. Ya no me esforzaría en intentar cocinar, no me gustaba para nada la idea de que Jungkook llegará a nuestra cita y encontrará el edificio en llamas.
Terminé de colocar perfectamente las alitas en medio de la manta junto a las copas de vino blanco, cuando el timbre sonó una vez más. Está vez, tenía que ser Jungkook.
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STIGMA ~•Un Beta defectuoso•~
Fiksi Penggemar"Desde siempre, incluso presente en nuestros ancestros, nuestra especie se regía por estrictos códigos: respetar la jerarquía, mantener el orden, obedecer las reglas. Pero está es la historia de un rebelde, un joven macho que marcó una diferencia e...